Alberto Fernández y sus prioridades. Dólar a $ 240, inflación 100%, Riesgo País en 2.500, sin gasoil ni energía y el presidente se va a visitar a la delincuente Milagro Sala.

El inimputable presidente argentino, que avergüenza al país cada vez que sale al exterior y abre la boca, junto con su co-equiper Cristina Fernández, quien a cargo de la presidencia simula diferenciarse de su invento, reuniéndose con un ortodoxo como Melconian y criticando las políticas de su propios “desgobierno”, recientemente llegó de hacer otro papelón en el G-7.

Y como la Argentina, parece que carece de problemas acuciantes, no se le ocurrió mejor idea que ir a visitar a la delincuente condenada por corrupción, abusos y crímenes, Milagro Sala, internada debido a una trombosis que habría sufrido, aunque está en duda si no se trata de una simulación, por cuanto en estos días debía enfrentar otro juicio por sus delitos.

Alberto y Cristina, dos patas del mismo banco destartalado que no han podido restaurar desde su llegada al poder en el año 2019, han dejado a este país dado vuelta. Y si faltaba un condimento de estupidez gubernamental, a todo este soliloquio kirchnerista, la jefa e la banda mandó a todos sus esbirros mediáticos por la red de multicanales de la corpo, a que reciten la misma grase: “La culpa de todo lo que está pasando en Argentina, es de Mauricio Macri”;¿Macri no se fue hace 3 años?. Menudo favor le hacen a la oposición.

No es normal ni aconsejable tomar a todos por estúpidos todo el tiempo, pero este gobierno de improvisados, inútiles y cómplices, lo hace sin cesar y conscientes de la capacidad de daño que tienen, socavando día a día, no solo la institucionalidad y los valores republicanos, a los que pisotean permanentemente, sino degradando la moral, la confianza pública y matando la esperanza de los argentinos.

Estamos ante una posible hiper inflación, los números de la economía se han disparado dislocándose de la realidad, el dólar no deja de subir y bordea los 250 pesos, el riesgo país está en más de 2.500 puntos, la inflación anual amenaza superar el 100%, la energía está en déficit, no hay gas oil para mover la poca industria que queda ni el transporte y el gobierno de científicos persiste en mirarse el ombligo, al margen de la realidad de hombre común. Le echa la culpa a la pandemia, a la guerra y a pesar de estar hace 3 años en el poder, persiste en afirmar que el culpable de todo es Macri.

Nosotros deberíamos decir. “Que bien estábamos cuando estábamos mal”, porque mientras desde C5N, América, Canal 26, TN y otros canales, se encendían las pantallas mostrando que el dólar se iba de 30 a 40 pesos, hoy tenemos el dólar a 250 pesos y pocos hablan del problema; las parrillas vacías que los artistas K mostraban lamentando que los argentinos no podían comprar asado el cual rondaba los 380 pesos, hoy no aparecen cuando el asado cuesta $ 1.700; La inflación que entonces estacaban las tapas de Página 12 porque era “altísima”, hoy no forman parte de las noticias, cuando en más de 900 días de gobierno, la inflación supera el 179%. Ni hablar de las jubilaciones paupérrimas y el escandaloso porcentaje de pobres que en la gestión anterior trepaba al 35%; hoy supera el 55%, pero nadie o muy pocos hablan de ello. El Hambre que combatían Tinelli, Carlotto y Juan Karr (entro otros) desde el denominado Consejo Federal Contra el Hambre, cuando la pobreza rondaba el 35% en Argentina, no actúa ahora que está casi en el 58%.

La vicepresidente, se dedica a fogonear la pelea interna, simula hacerse la diferente, no se hace cargo de su propia creación y ensaya reuniones con los neoliberales que tanto dice odiar, pidiendo recetas para argumentar la falacia de su próxima campaña. Y siempre encuentra un obsecuente, como Melconian ahora, que al igual que Massa, solo espera un llamado para hacerse en los pantalones y correr a “tomarse un café” durante 3 horas, con lo peorcito de la política nacional.

Este gobierno de infradotados políticos, tiene su contrapartida en una oposición dibujada, hedonista y engreída que no aporta nada pero se dividen entre “halcones y palomas”, donde los halcones no son tales ni tantos y las palomas no está claro si los llaman así por su pasividad o por la cantidad de deposiciones que, al igual que estas indefensas aves hacen todos los días, en el caso de los políticos con sus actos endogámicos e inútiles para las necesidades reales que tenemos los argentinos.

Y así vamos. Un país al borde del colapso, atravesado por la corrupción, la inutilidad política de sus gobernantes y la falta de una oposición confiable, creíble y proactiva, transita por la peor crisis de su historia, ni siquiera conseguida durante las dictaduras y lejos de cualquier modelo democrático por el que hayamos transitado.

Y en este marco, el presidente argentino, Alberto Fernández, en vez de enfrentar la crisis y buscarle una salida a este grave embrollo donde nos ha metido junto a su compañera de fórmula CFK, se fue a darle su apoyo a la delincuente condenada, Milagro Sala.

Pero si junto a Cristina Fernández, el presidente alaba y engorda el ego de otro delincuente condenado como Amado Boudu, a quien promocionan en sus actos oficiales y partidarios, le dan la tribuna en una universidad para que hable de libertad y democracia y encubren sin pudor acciones terroristas de iraníes y venezolanos en nuestro territorio, evidentemente no estamos ante gente normal y por lo tanto lo de Milagro Sala, es solo una anécdota más, en el itinerario de la decadencia política nacional, que tan bien llevan de la mano Alberto y Cristina. (Agencia OPI Santa Cruz)