CFK vergüenza nacional. Vació un país y se siente “perseguida”, simuló un autoatentado y actúa como “víctima”

Lamentablemente estamos en un país sin justicia o con una justicia condicionada por los poderes políticos de turno; de no ser así hace mucho tiempo que la asociación ilícita que actuó en el poder en los últimos 25 años (kirchnerismo, Macri y Fernández) estarían todos detrás de las rejas.

Sin embargo el tema de Cristina Fernández se inscribe dentro del paradigma del absurdo, porque se trata de la mayor delincuente que azotó al Estado, la jefa de una asociación ilícito (sobre lo cual le hicieron precio), la cabeza de una banda que sistematizó el robo de fondos públicos, lavó dinero y destruyó la matriz productiva de la Argentina, a la cual solo le dieron 6 años, nunca fue presa y ahora que hay un tenue atisbo de que hagan efectiva la doble condena que confirmaron más de 20 jueces, ésta ladrona dice sentirse perseguida y de alguna manera, tiene razón: la persigue la justicia con el Código Penal para meterla entre rejas por todo lo que robó.

Ahora, de ahí a que sea una “perseguida política” es otra cosa; una falsedad absoluta que proclama su círculo partidario a quienes se les cayeron los sueldos y privilegios, cuando esta mujer quedó fuera del juego.

Por esto que digo y los fueros que necesita, no por otra cosa, es que Cristina busca refugiarse en algún rincón de la provincia de Buenos Aires, en los ghettos que ella, Massa, Fernández y toda la banda de intendentes “del palo”, empobreció por décadas. Paralelamente se disparó el “operativo clamor” de los cómplices K, diputados, senadores, gremialistas y todo tipo de espécimen vividores del kirchnerismo, pretenden asustar al pueblo de que si CFK va presa, algo va a pasar. Bueno, que pase, veremos, pero que vaya presa.

Humildemente podemos decir que una gran parte de esa historia la contamos en nuestro espacio, la investigamos día a día y compartimos mucho material con medios nacionales que han tenido a OPI Santa Cruz como la fuente más seria de información provincial, cuando era necesario focalizar la atención en descubrir los personajes, señalar las obras que se cobraban y no se hacían, determinar las sobrefacturaciones de las rutas y dar testimonios de que las mismas nunca se habían hecho y ubicar y relevar las estancias del Lázaro Báez, el testaferro de Néstor y Cristina quien, cuando se produjo la debacle, dejó más de 2.800 personas en la calle, hecho que también OPI cubrió al detalle, con testimonios que daban cuenta de la metodología de abandono y escape que hizo Báez, razón por lo cual desde OPI nunca lo consideramos y menos lo llamamos “empresario”, porque nunca lo fue.

El soliloquio de Cristina y el acto fingido

Sin duda “el atentado” que sufrió CFK en el año 2022, se descubre como una de las falsedades más absurdas, no porque lo diga el periodismo o los detractores, sino porque surge de los testimonios y las pruebas reveladas en la investigación y en el juicio en el TOF 6 donde se juzgó la participación de Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo.

Los indicio demuestran que todo se debió a un acting formalizado entre algunos actores cercanos a Cristina Fernández incluyendo algunos de sus custodios, pero en honor a la vereda, la ex presidente ignoraba el hecho, tal como resulta de las fuentes judiciales consultadas por esta Agencia.

Pero hay un detalle no menor en ese juicio que da por tierra cualquier atisbo de seriedad en ese supuesto magnicidio, el cual parece un armado del entorno de la ex presidente, para romantizar su figura ante la caída estrepitosa de su popularidad política, debido a los delitos que cometió durante la función pública. Además, le sirvió para sumar más custodia.

El atentado sucedió el 1° de septiembre de 2022, cuatro días después, el 5 de septiembre/22 escribí una columna donde decía que todo era falso por cuanto, quien presumiblemente había atentado contra CFK y a la luz de las pericias técnicas del arma, la vieja pistola Bersa estaba en condiciones técnicas de disparar, pero no en condiciones operativas, por cuanto no poseía bala en recámara y era absolutamente falso que alguien pudiera haber escuchado “los dos click” del arma como se decía, ya que era de simple acción. Obviamente para quien no tiene el conocimiento técnico-práctico, puede pasar desapercibido, para otros no.

El testigo en juicio Javier Alberto Chanis dijo “Cristina llega, me acaricia y escucho que gatillan dos veces”. Falso y en nuestra nota de pocos diás después de los hechos, ya lo habíamos aclarado. Aquel informe lo titulamos “El arma no tenía bala en recámara ni pudo gatillarse dos veces en vacío, por lo tanto, el atacante nunca tuvo inteciones de dispararle a la vicepresidente”. (Agencia OPI Santa Cruz)