Lo dije una y mil veces, y puedo repetirlo mil más, porque es un hecho: en Mendoza hay corrupción de sobra. A pesar de lo que dicen algunos medios de Buenos Aires, que refieren a esta provincia cual si fuera un dechado de honestidad.
Valoran que no haya reelección de los gobernadores, lo cual es cierto. Acto seguido, aseguran que no hay malversación de fondos públicos ni cuestiones semejantes. Pero eso es falso.
Lo que hay es silencio mediático, que duele. Y duele mucho. Porque la plata que se roba la política es de los mendocinos. De todos.
Y la prensa, con su mutismo, termina siendo cómplices de las macanas de los gobiernos de turno.
Pero no es gratis: todo tiene un precio, que tiene que ver con la millonaria pauta oficial que reciben esos medios, que no tiene relación con la cantidad de visitas ni con la gravitación que ostentan respecto de sus propios lectores/oyentes/televidentes.
Diario Mendoza Today publicó un video al respecto, y también los documentos. Y es escandaloso. Muy.
Es una trama que, en cualquier país del primer mundo, tendría a varios funcionarios tras las rejas. Pero Mendoza es Mendoza, y acá nada pasa. Nunca.
Porque los jueces y fiscales no se meten en ciertos entuertos. Ni con ciertos personajes. A los que les temen. Tampoco hace nada la Fiscalía de Estado, ni el Tribunal de Cuentas.
Entonces pasan las cosas que pasan: un millonario curro para limpiar el Parque San Martín; o chalecos antibalas “flojos de papeles”, que encima se le compran a un empresario objetado por corrupto; o expedientes que complican a tipos como Alfredo Cornejo por supuesto enriquecimiento ilícito.
Son los escándalos que los medios de Mendoza no mencionarán jamás. Porque sus dueños no son aquellos que aparecen en los papeles, sino los que posan sus tujes en onerosos sillones de Casa de Gobierno.
Estos últimos son los que mandan allí, y deciden qué se publica y qué no. Tal la situación de la prensa en la provincia.
Y uno se pregunta: si los empresarios no tienen los huevos para rechazar las presiones y contar las cosas como son, ¿para qué decidieron impulsar un medio de comunicación? ¿Por qué no pusieron una verdulería? ¿O un kiosco?
Sin mencionar a aquellos empresarios periodísticos que apelan a la extorsión, pura y dura. Para conseguir contratos, o mejor pauta oficial, o favores personales. No son pocos los que lo hacen. Algunos llegan a quedarse con empresas como Edenor.
Tipos que manejan a la Justicia, a la política, a otros medios. Intocables. Mafiosos de manual. Que han hecho un desastre en Mendoza. La provincia donde vaciaron dos bancos y nadie fue preso. Toda una postal de lo que es este terruño.
Que echa por tierra la pretensión de esos ingenuos medios porteños que hablan de la gran “institucionalidad mendocina”. Patrañas.
Todo es parte de una maquinaria maldita, que ha fagocitado a las instituciones a su paso. A fuerza de plata y aprietes. Un sistema que no es nuevo, pero que aceitaron y mejoraron tipos como Cornejo. Pretendidos próceres de cabotaje.
Pero nada que ver. El exgobernador supo adornar a los medios para que no pusieran la lupa en su gobierno. Y pergeñó un sistema de “retornos” a través de la pauta, que supieron motorizar sus laderos, y que siguen manejando hasta el día de hoy, para angustia de Rodolfo Suarez, que tuvo que buscarse otros curros. También ilícitos. Muchos de los cuales viene revelando este diario, no sin dificultad.
Porque es un medio que camina en soledad, a contramano de todos los demás. Contando lo que otros no se animan.
Esquivando las dádivas que ya le ofreció el Ejecutivo provincial. Porque no queremos ser otro portal condicionado a los caprichos del poder de turno.
Ojalá se pueda subsistir y que este diario pueda mantenerse en el tiempo. Porque Mendoza lo necesita.
Ya le han hecho mucho daño a la provincia. Demasiado. Por mucho tiempo. Es hora de decir basta.