El gobierno, jaqueado por su propia inutilidad política, técnica y falta de capacidad, a pesar de haber sido descripto por Alberto Fernández como “un gobierno de científicos”, volvió a las andanzas y metió mano al INDEC, como vergonzosamente ocurrió durante los años de la presidencia de Néstor y Cristina.
Tratando de forzar la realidad a toda costa, como lo hicieron en épocas del destacado fracaso de Kiscilof y Moreno en Economía, hoy Sergio Massa, junto con su amigo Marcos Lavagna quien entre 2015 y 2019 fue diputado en CABA por el Frente Renovador, retocaron primorosamente (y peligrosamente) los números de la inflación, para que todo parezca que es, lo que en realidad, no es.
Massa, está empeñado en bajar los índices, aunque sea con forcep, esto es acudiendo a las viejas trampas de las mentiras, el engaño y el dibujo de los números, para crear la sensación de que estamos mejor, cuando en realidad seguimos en plena caída económica, social y política.
El INDEC obtuvo un 4,9% de inflación a nivel país, cuando en Ciudad de Buenos Aires fue del 5,9%. Inentendible, a menos que sean dos países distintos.
Ese porcentaje dibujado de Sergio Massa contrasta con lo que cada argentino vive en las góndolas de los supermercados cada mañana y el empobrecimiento galopante que llega a casi el 50% y en alza. La variación porcentual de noviembre/22 se obtiene con bienes aumentados en un 4.5%, Servicios 5,8%, Estacionales en un 4,1%, el IPC núcleo 4,8% y los Regulados en el 6,2% de aumento, que en realidad da 5%, pero para visualizar un número donde el 5 no aparezca, optaron por el 4,9; una vergüenza.
Argentina vuelve al dibujo, bajo la impronta del mismo gobierno que por 12 años le mintió a la sociedad en beneficio propio.
Deberán volver las consultoras, el Congreso y las universidades a medir el índice de inflación, publicarlos y contrastar las mentiras de un gobierno desesperado por simular que vamos mejorando, en medio de una debacle económica que nos arrastra a todos los argentinos al fondo del precipicio, mientras Cristina y Massa tratan de salvar las pilchas para el 2023 y Alberto, sigue siendo un títere a la deriva, que pone a la Argentina al garete, en medio de un océano de aumentos indetenibles, al borde de una hiper disimulada y sin salida posible de una serie de torpezas y mentiras que hoy vuelven a contaminar una economía destartalada y ponen a un país rico, en riesgo de fundirse. (Agencia OPI Santa Cruz)