Se trata del ingeniero, Martín Cergneux, que declaró como testigo en la causa por asociación ilícita y defraudación al Estado.
El ingeniero Martín Cergneux fue a declarar como testigo ante el Tribunal Oral Federal 2 en el marco de la causa por asociación ilícita y defraudación al Estado que investiga a la vicepresidenta Cristina Kirchner y el empresario Lázaro Báez.
Ambos procesados y elevados a juicio oral, son investigados por el posible perjuicio de 46 mil millones de pesos en obras otorgadas al Grupo Austral, de la familia Báez.
Ayer ya había ido a declarar Alejandro Mon, quien sostuvo que hubo un favoritismo explícito con la constructora del amigo de Néstor Kirchner.
Este martes 8 de marzo fue el turno del otro testigo citado a declarar, de un ingeniero civil que trabajó en Vialidad provincial en Santa Cruz como inspector de obras. Cergneux contó algunos detalles de cómo se operaba para beneficiar a Báez en algunas obras con irregularidades, como el caso de la Ruta 9, en Santa Cruz.
Las obras inconclusas de Lázaro Báez
Allí la obra iniciada en 2007 que debiera durar 3 años terminó ampliándose a casi 9 años y en 2015 seguía sin concluirse, pero con un presupuesto mucho mayor al licitado: de 238.284.064 pesos que determinaba la licitación se ejecutaron 525.860.212 pesos.
“Vi que en esa ruta había grandes inconsistencias, mucha obra certificada pero no ejecutada”, había declarado durante la instrucción Cergneux, y explicó que por ese motivo “me negué a firmar esos certificados. Si yo firmaba el certificado 6 avalaba los certificados anteriores de obras que no estaban realizadas”.
Y hoy ante el TOF 2 agregó: “Cuando empecé como inspector de esa obra me encontré con que había certificados emitidos hasta ese momento por obras que no estaban ejecutadas”.
“Yo pasaba todos los días por esa obra y veía lo que pasaba, pero había declarados acopio de material que no estaban, el volumen declarado hubiera sido un acopio de dimensiones considerables pero nunca lo vi y la obra eran esos diez kilómetros”, detalló.
Asimismo, se refirió al cobro de certificaciones de obra que no tenían coherencia con el avance declarado al momento de reclamar la plata. “Semejante cantidad de terraplenes en esa ruta que yo inspeccioné y ese acopio de materiales no estaban, por lo que no acepté firmar el certificado, que era el número seis. Se decidió que los firmaba otra persona y yo sólo hacía los controles de calidad”, afirmó Cergneux.
“Se certificaban algunos metros más de lo que se ejecutaba. Me ha pasado dos o tres veces, por ejemplo había 1.000 metros realizados y me pedían que firme certificaciones por 1.500”, describió, y aseguró que se negó a firmar. (perfil.com)