Fue para el diario LA NACION que el gobernador de Santa Cruz brindo una nota periodística desde la residencia de la gobernación en El Calafate. Hace dos años Vidal había anunciado la venta o remate de la vivienda y prometía destinar lo obtenido por la operación a la construcción de establecimientos públicos educativos. La misma casa que iba a ser rematada junto a otros bienes del estado provincial y cuya recaudación seria destinada a cubrir parte del déficit provincial. “Y el dinero que logremos obtener por la residencia de El Calafate también va a ser destinado para la construcción de establecimientos públicos educativos”, aseguró el mandatario provincial.
El anunció por aquel entonces prometía la venta de vehículos, de una residencia oficial y la quita de más de 1.800 teléfonos a funcionarios del Ejecutivo, como parte del programa de medidas urgentes de reducción de gastos ante la grave situación que atraviesa la provincia patagónica que incluye el remate o venta de la residencia oficial de El Calafate.
El anuncio fue realizado luego de asumir en diciembre del año 2023. Lo recaudado por la venta o remate de la residencia de El Calafate iba a ser destinado a la construcción de escuelas en suelo provincial entre otras metas comprometidas. Por aquel entonces denuncias cruzadas de corrupción salpicaban a la ex gobernadora Alicia Kirchner a quien acusaban de haber utilizado la residencia del gobernador en El Calafate para uso personal y la responsabilizaron por la desaparición de “la vajilla de la casa”.

FOTO DE PORTADA: CLAUDIO VIDAL EN LOS JARDINES DE LA RESIDENCIA DE EL CALAFATE.
Claudio Vidal: “Muchos tomamos la opción de agachar la cabeza y trabajar por las provincias; el que quiera pelear, que lo haga”
El gobernador de Santa Cruz habló con LA NACIÓN en la residencia oficial de El Calafate. Reivindicó su integración a Provincias Unidas, ponderó la actitud dialoguista de Guillermo Francos, pero tomó distancia del presidente Javier Milei.
EL CALAFATE.− “Guillermo Francos se merece el Nobel de la Paz”, asegura sin ironías y con convicción Claudio Vidal, en referencia al jefe de Gabinete, por pacificar la relación del gobierno nacional con las provincias. Instalado en esta ciudad durante tres días, el gobernador santacruceño cuestionó, de todos modos, los modos agresivos del presidente Javier Milei y pidió respeto y diálogo.
En medio de una agenda que incluyó la inauguración de un congreso de empresas mineras, reuniones con dirigentes peronistas y hasta un partido de fútbol con chicos de clubes barriales, Vidal recibió a LA NACIÓN en la residencia de los gobernadores. Allí se enteró de la aprobación de la ley que impulsó: la ampliación del Tribunal Superior de Justicia, que llevó de cinco a nueve los jueces de la Corte provincial. Según explicó, la intención es terminar con “una justicia que hace política desde la oposición”.
El mandatario dijo haber sentido “dolor” ante las denuncias sobre contrataciones en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), cuestionó los recortes en el área y afirmó que hay provincias colapsadas que, aun así, contienen “todo lo que abandonó la Nación”. También resaltó el rol de Provincias Unidas, el frente que integra junto a otros cuatro gobernadores, y se mostró esperanzado por la inminente reactivación de las represas.
Justicia y control estatal
—¿Por qué impulsó la ampliación del Tribunal Superior?
—La ampliación tiene que ver con un reclamo genuino de la sociedad, un reclamo de muchos años. Justicia imparcial, alejada de la política. Una justicia conformada por técnicos y profesionales que se ajusten al derecho y trabajen en servicio de la sociedad. Una justicia ágil, que termine con la impunidad de algunos que creen que los recursos del Estado pasan a ser propiedad de un individuo. Es un gran proyecto, cuestionado por los que ven hoy en riesgo su forma de operar desde la Justicia, una Justicia que hace política desde la oposición.
—¿Avanzaron las denuncias de corrupción de la gestión anterior?
—No, lo que me hace pensar que hay una justicia cómplice. No solo por la historia en nuestra provincia, sino porque tampoco avanzaron los pedidos de investigación que hizo nuestro gobierno. Esta era una alternativa. Hace unos días ingresaron al Tribunal de Cuentas de la provincia. Ese es otro de los proyectos que llevamos adelante y que también estamos ampliando, porque necesitamos agilizar el control de la administración pública. Hay entes que no se auditan hace años, municipios intocables.
—¿Cómo armará las ternas para evitar sesgos políticos?
—Primero, escuchar. Hay muchos interesados en aportar ideas y nombres. Voy a escuchar a todas las partes. Yo soy parte de un frente electoral y tengo relación institucional con muchos sectores de la provincia. Lo que buscamos es un mejor funcionamiento de la justicia. Hasta acá muchas decisiones fueron injustas, y la sociedad lo cuestionó. Miren este dato: el sindicalismo argentino es muy cuestionado, pero la justicia mucho más. En nuestra provincia tiene peor imagen que otros sectores. Eso quiere decir que algo hicieron mal, y nos exige a nosotros tomar otra decisión.
—En los últimos días hubo un robo en el Tribunal de Cuentas, ¿cree que ahora aumentó el control sobre su gestión?
—Está bien que nos controlen, pero sería mucho mejor que quienes controlan sean imparciales y también revisen el pasado. La obra pública, el IDUV [Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda], muchísimas obras canceladas, certificaciones que no coinciden con pagos. Empresas ligadas a funcionarios o familiares. Esas denuncias ya fueron presentadas. Además, el Tribunal de Cuentas hoy está conformado por la esposa de Fernando Basanta, vocal del Tribunal Superior, y otros vinculados a la oposición. No nos gusta porque no hay imparcialidad, pero agradezco a los diputados que tuvieron la valentía de aprobar proyectos que van a marcar un cambio en Santa Cruz.
—Desde el kirchnerismo cuestionan el aumento de presupuesto que significarán cuatro vocales, ¿qué les dice?
—Me preocupa el grado de caradurez. Los que cuestionan son los mismos que usaron la Justicia para llenarla de militantes políticos defendiendo un proyecto catastrófico. El deterioro de las instituciones, la falta de políticas de Estado, de infraestructuras, esa idea de que la única forma de empleo era el Estado… Eso generó un colapso. Tenemos recursos inmensos y no se generó valor agregado ni empleos dignos. ¿Qué me dicen? Que los que gobernaron 32 años tienen hoy la solución. ¿Y por qué no lo hicieron antes?
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Relación con Nación y Provincias Unidas
—Ayer destacó el rol pacifista de Guillermo Francos. ¿Cómo está el vínculo con el gobierno nacional?
—Reconozco que hay funcionarios con buena predisposición. Guillermo Francos merece el Nobel de la Paz, porque ha puesto paños fríos en la relación Nación-provincias. Tenemos un Presidente que falta el respeto constantemente a la dirigencia política, sin darse cuenta de que eso también es hacer política. Lo bueno es que no todos nos prendemos. Muchos gobernadores elegimos agachar la cabeza y trabajar por nuestras provincias. El que quiera pelear, si tiene tiempo, que lo haga.
—¿Esa es la postura de Provincias Unidas?
—Provincias Unidas es más: es la posibilidad de reconstruir el país a través de un proyecto. No una persona, sino un proyecto que sea el candidato. Educación como base de la sociedad, trabajo y producción como pilares de la economía. Para eso falta madurez política y respeto, consensuar con diálogo y un debate profundo. Ese proyecto debe ser el candidato.
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Educación, energía y producción
—¿Cómo cree que afectan al gobierno las denuncias en torno a la Andis?
—No me extrañó. Cuando un gobernante delega demasiado, pasan estas cosas. No lo justifico. Justo se discutía quitar derechos a un sector vulnerable. Eso duele. Y mientras tanto, mi provincia, como hace años, está complicada. Muchas provincias hoy están conteniendo lo que la Nación abandonó, y se están fundiendo. Estoy preocupado, veo provincias colapsadas y gobiernos sin recursos. Por eso insisto en el respeto para poder dialogar.
—¿Por qué el conflicto con los gremios docentes no se resuelve?
—En los últimos años del gobierno anterior hubo un promedio de 60 a 65 días de clases. Nosotros superamos esa cifra. El año pasado otorgamos aumentos casi del 200% y este año 14 puntos sobre la cláusula gatillo. Esto no pasaba hacía años. Pero no alcanza, más cuando un sector del gremio está ligado a la política de quienes gobernaron antes y hoy buscan desestabilizar.
—¿Qué expectativa tiene sobre la represa Jorge Cepernic?
—Es un proyecto maravilloso. Son energías renovables que pueden iniciar un proceso de industrialización. La mala administración frenó todo. Me costó mucho sentar a las partes de China y Argentina para reabrir el diálogo. Ayer me enteré de que ya cotizan para comprar cemento. Falta la firma de la adenda, pero si compran cemento es porque avanza.
—¿La provincia ingresará como accionista en Carboeléctrica Río Turbio SA?
—No, porque no tenemos cómo afrontar ese gasto. Todos los meses buscamos cubrir salarios con giros al descubierto o anticipos de regalías. Sí creo en sumar inversión privada. Si no fuera por este gobierno, YCRT ya se habría cerrado. Fue gracias al vínculo con Nación que seguimos sosteniéndolo. Ahora llegó el momento de producir, extraer, vender y generar energía. Y a quienes critican, les recuerdo que no fue este gobierno el que saqueó los fondos de ese proyecto que también habla de soberanía.
Política y futuro
—¿Por qué eligió a su jefe de Gabinete, Daniel Álvarez, para encabezar la lista de diputados nacionales?
—Porque es buena persona. Es honesto, trabajador, creyente. Eso hace falta en la política: creer más en Dios, tener respeto. Algo que se perdió en el país. El respeto viene de la casa, de los lugares compartidos en la sociedad. Nuestro país lo perdió, y debemos recuperarlo.