El Gobierno adjudicó la compra de trenes eléctricos rusos por US$800 millones para un ramal que no tiene electricidad.

La licitación para el ferrocarril San Martín tenía dos contendientes, Alstom y TMH Argentina; la francesa fue eliminada porque le pidieron una puerta extra en los vagones
Finalmente, la Argentina tendrá trenes rusos. Serán eléctricos y fueron comprados para la línea San Martín. La nota distintiva es que justamente, este ramal, no tiene siquiera en marcha la licitación para la electrificación de la traza. Es decir, podrán ser utilizados para cualquier línea menos para la que fueron comprados.

“Adjudícase la licitación pública 451-0014-LPU18, para la adquisición de 70 unidades eléctricas múltiples, la provisión de la documentación técnica y la prestación de los servicios de capacitación técnica, asistencia técnica y mantenimiento de unidades a la firma TMH International Limited Liability Company por la suma US$ 864.217.959,42″, dice el artículo 2 de la resolución del Boletín Oficial.
Se confirmó así la noticia que los propios rusos adelantaron el 3 de junio pasado, cuando el presidente de la compañía comunicó que estaba a punto de firmar un contrato para venderle a la Argentina material rodante nuevo para correr en la red ferroviaria. Entonces, lo dieron por hecho aunque el proceso no se había terminado; ahora, se confirma lo que dijeron los rusos informados en Moscú.
Si bien desde el inicio de la licitación se consignó que las formaciones serían utilizadas en todas las líneas, en todo el proceso se mencionó que estos trenes serían para el San Martín, uno de los ramales peor equipados de la Argentina, pese a que tiene unidades compradas en el gobierno de Cristina Kirchner a China. Sin embargo, cuando llegaron, más allá de la pintura reluciente, se trató de tecnología obsoleta, diésel y sin aire acondicionado.
Pero en la Argentina de los planes espasmódicos no es posible coordinar una cosa y otra. Sucede que la red ferroviaria que corre por el San Martín no es eléctrica, ya que por ahí circulan los trenes chinos y, todavía, los planes de electrificación, están lejos de suceder.

El primer intento fue en 2008. El 11 de abril, la entonces presidenta Cristina Kirchner encabezó el acto de llamado a licitación pública nacional e internacional para ejecutar obras de ingeniería y electrificación integral de la línea ferroviaria San Martín, un recorrido que une las estaciones de Retiro con Pilar a lo largo de 55 kilómetros. La obra debía empezar en dos meses y terminarse en seis años, con un presupuesto de 650 millones de dólares.
Aquel acto en el Salón Sur de la Casa de Gobierno contó con los aplausos del vicepresidente, Julio Cobos; el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Planificación, Julio De Vido, entre otros entusiastas. “Los ferrocarriles son un tema más que importante, no solo por lo que han significado estructuralmente en la República Argentina, sino porque se dejaron de lado como un importante instrumento para dar mayor competitividad al sector del transporte”, dijo la Jefa de Estado.

Diez años después en aquella electrificación no se había puesto un sólo enchufe. Entonces, el gobierno de Mauricio Macri volvió a anunciar la electrificación. Esta obra tendría un plazo de poco más de dos años y costaría 500 millones de dólares. Tampoco se colocó ni una llave térmica.

Mientas, la licitación por el material rodante no frenó. La inició la gestión de Guillermo Dietrich y la mantuvo y la adjudicó esta administración. “Los trenes no son sólo para el San Martín, se usarán para reforzar otras líneas y también para usar en extensiones de líneas eléctricas. Por otro lado, con respecto a la electrificación, se está elaborando un nuevo pliego, hecho por especialistas, lo que agilizará y hará más efectiva su ejecución”, dijeron en el Gobierno sobre la falta de electricidad en la red.

Los rusos en el San Martín
En 2018, TMH se adjudicó una licitación para la reparación de 24 locomotoras diésel, 160 coches de pasajeros y 48 de equipaje de la línea San Martín. El contrato se firmó por cerca de 30 millones de dólares. Aquel acuerdo incluía la reparación y el suministro de piezas de repuesto y la preparación de los protocolos de mantenimiento del material rodante y de las piezas individuales.

Según dos fuentes, la empresa rusa incumplió el contrato ya que para este momento debería haber entregado todas las unidades y apenas reparó una media docena. Los motivos fueron varios pero, principalmente, el incumplimiento es que tardaron dos años en comprar los primeros repuestos a la empresa china que fabricó esos trenes, además de infraestructura inadecuada en los talleres ferroviarios de Mechita, actualmente, en manos rusas.

Semejante antecedente se tornó una suerte de impedimento para avanzar en la adjudicación de este contrato. Pero todo se soluciona cuando la postura y la decisión son firmes: el Gobierno le firmó una prórroga para le entrega de los trenes reparados. Con eso se quitó ese impedimento.

Finalmente, más allá de lo que adelantó LA NACION, la decisión estaba tomada, había una contienda de la que también participaba Alstom. Entonces, el Gobierno le pidió a la empresa francesa que cambie el diseño de sus coches y coloque una tercer puerta en los vagones. Pero claro, este requisito, que no estaba en el diseño original de la licitación, implicaba la modificación de la línea de producción. Alstom no accedió y finalmente, fue dejada de lado. Sin contrincantes y con el “perdón por el incumplimiento”, TMH fue adjudicada.

Queda pendiente que una secretaría de préstamos internacionales que maneja Gustavo Béliz entregue la última firma. Se habrá aprobado entonces un crédito cuyo organizador es el Eximbank de Rusia por hasta US$850 millones con un período de gracia mínimo de 48 meses. Si finalmente se aprueba, el crédito se deberá pagar en 108 cuotas a partir de la firma del contrato, con un costo total del financiamiento en dólares de Libor seis meses más 2,5 anual.

Entonces sí, aquel vidente empresario ruso que predijo lo que pasaría en la Argentina podrá brindar satisfecho. Habrá vendido trenes eléctricos para un ramal que no tiene electricidad.

Diego Cabot