El misterio del COVID-19 en África: por qué las cifras oficiales de contagios y muertes son tan bajas
Excluyendo a Oceanía, es el continente que registra el menor índice de mortalidad en el mundo. A pesar de tener una infraestructura sanitaria mucho más débil que la de Sudamérica, tiene apenas el 5% de sus decesos por coronavirus. Razones y sospechas
África reúne ciertas condiciones socioeconómicas y demográficas que hacían temer un desastre cuando el COVID-19 empezó a causar estragos en Europa. Un Índice de Desarrollo Humano (IDH) bajo, una débil infraestructura hospitalaria y estados con recursos escasos en la mayor parte de los países presagiaban que podía ser una de las regiones más afectadas del mundo por la pandemia.
Pero no fue eso lo que sucedió. Al menos según lo que muestran las estadísticas disponibles a un año y medio de la aparición del SARS-CoV-2, que lo muestran como el continente menos golpeado.
Si lo que se aprecia es la mortalidad en términos absolutos, Europa se llevó la peor parte, con poco más de un millón de muertes por COVID-19 desde que comenzó todo. Por detrás están Norteamérica (867.877), Sudamérica (743.701), Asia (630.616) y África (127.614), con poco más de la décima parte de los decesos europeos. Sólo Oceanía, un continente de apenas 41 millones de habitantes distribuidos en una enorme cantidad de islas, está por debajo de África, con 1.095 fallecimientos.