Familiares dan el último adiós a los niños que murieron ahogados mientras jugaban en el Dique San José.

La comunidad de Río Turbio quedó destrozada tras la tragedia de Brian Torres (10) y Brian Navarro (9), los nenes que cayeron a las gélidas aguas del dique mientras patinaban en trineo sobre el hielo. La Opinión Austral cubre en exclusiva desde la Cuenca Carbonífera el funeral de las pequeñas víctimas.

Brian Navarro tenía 9 años y Brian Torres tenía 10. Eran amigos y habían salido a jugar en sus trineos sobre el hielo del Dique San José de Río Turbio. Pero lo que era sólo una tarde de diversión, terminó en una triste tragedia para la Cuenca Carbonífera. El hielo se rompió, ambos cayeron al agua y finalmente murieron ahogados.
Este martes, sus familiares despiden sus restos, en una ciudad que está completamente de luto por la irreparable pérdida de los pequeños. La periodista Janina Ramos, para La Opinión Austral, está en el lugar desde temprano para presenciar el último adiós.
Luego del ruto funeral, trasladaron los restos de los niños hacia el cementerio, donde hubo mucha concurrencia de vecinos y allegados de las familias afectadas. Según pudo saber LOA, incluso las maestras y docentes que los acompañaron durante su paso por la escuela se acercaron a acompañar este triste momento.
Crónica de la tragedia
Todo sucedió cerca de las 16 horas, cuando unos vecinos alertaron de la presencia de un perro y dos trineos en las aguas congeladas y, a escasos metros, un agujero en el hielo. La situación fue dramática. Fueron intensos minutos de búsqueda a cargo de la Policía con la colaboración de vecinos y miembros del Club Náutico.
Miembros de la Unidad Novena de Bomberos especializados en buceo de rescate se dirigieron al lugar de manera inmediata. Allí, en el sector de la reserva de Servicios Públicos, a 130 metros de la orilla del dique San José pudieron observar al perro y a los trineos. También, dieron con botas y unos guantes.
La búsqueda comenzó lo antes posible. El personal debió equiparse para ingresar al agua. A las 17:30, los buzos dieron con el primer cuerpo. 40 minutos después, se dio con el otro niño.


Según precisaron fuentes consultadas por La Opinión Austral, el primero de ellos fue encontrado tras romper un poco más el hielo en el sector del agujero, mientras que para rescatar al restante se requirió que un buzo se sumergiera a unos siete metros de profundidad. En el trabajo colaboró personal de la Brigada de Inteligencia del Ejército Argentino con un buzo de búsqueda.

El personal bomberil actuó con un semirrígido. Pese a las técnicas de reanimación practicadas a cada uno de los niños, ninguno de ellos logró salvarse. Ambos fueron trasladados en ambulancia, que esperaba en la orilla del dique, al hospital local. Al llegar, el médico de turno certificó el deceso de ambos.

Por el hecho intervino el Juzgado local.

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