El inicio de 2024 no tiene buenas noticias para los municipales y tampoco para los vecinos de Río Gallegos, que comenzarán a sentir los cambios en una segunda etapa de gestión, en la que las cosas serán muy diferentes a los primeros cuatro años de Pablo Grasso. Le cuesta pagar los sueldos, mucho menos habrá aumento de sueldo y subirán los impuestos
Si la primera gestión de Pablo Grasso al frente del municipio fue duramente cuestionada por la falta de transparencia y la lejanía con los barrios de la ciudad, entre otras cosas, entonces en la segunda seguramente sobrarán motivos para pensar que esta puede ser sus últimos cuatro años en gestión.
Sucede que el panorama político cambió y mucho. Demás está decir a esta altura que el cambio de mando a nivel provincial y nacional trajeron malas noticias para Grasso, que ya no cuenta con la “tradicional” asistencia o envío de fondos.
Entonces, el presente político del intendente es prácticamente lamentable. Ya no hay anuncios, no hay obras para manejar ciertas cuestiones políticas o de “fondos” que siempre hubo, tampoco hay certezas para la fecha de pago de sueldos y mucho menos para paritarias que cubran la inflación de los trabajadores municipales.
A mediados de diciembre, Grasso adelantó que tendrían problemas para pagar el aguinaldo y también los sueldos, y días después el municipio tuvo que utilizar “herrramientas financieras” para poder pagar el aguinaldo. Como de costumbre, no se blanqueó si eso tuvo que ver con un préstamo, aunque tiene toda la pinta de haberlo sido, ya que fondos era lo que hasta el día anterior del pago no tenían.
Ahora, casi llegando al 4 de enero, no hay fecha de pago para sueldos y ya comienza la preocupación de los municipales por la brutal inflación que hay que soportar sin la más mínima esperanza de que el intendente convoque a paritarias. La cuestión en los próximos cuatro años claramente será otra.
OTRA MALA
Lo que sí habrá, con seguridad, será un impuestazo brutal por parte del municipio que irá desde un aumento a 200 pesos la hora para estacionar en cualquier lugar público, hasta los miles y miles de pesos que habrá que pagar en impuestos.
Aunque aún no se conocen los detalles, lo que habrá que pagar este año de patente automor será récord y es una locura que el municipio nunca accedió a cambiar, basando lo que hay que pagar en relación con el aumento en el valor de los vehículos.
Claramente, este municipio tampoco se pone del lado de la gente en tiempos de crisis y el intendente hace agua en tiempos de crisis. Justo cuando más se necesita de la buena y real gestión, que por ahora no aparece. (El Diario Nuevo Día)