Presupuesto Municipal 2022, El Calafate (Por Ángel Serra)
UNA MIRADA AL INTERIOR DE LA CAJA NEGRA
El pasado lunes 20, en una sesión “express”, el Concejo Deliberante de El Calafate aprobó el presupuesto municipal girado por el Intendente Javier Belloni para el ejercicio 2022. De este modo, el destino de casi 3 mil millones de pesos que son de todos se decidió de apuro, sin debate, sin modificar una sola coma, sin preguntas, casi sin público, sin mayores explicaciones.
En otras palabras, el presupuesto 2022 salió rápido, con fritas, como era el deseo del Intendente. Salió, como casi todo lo que sale de esa escribanía municipal, sin objeciones de ninguna especie a excepción del voto en contra de la concejal por la oposición Ethel Torres (Encuentro Ciudadano) que entendió que aprobar semejante dibujo en menos de media hora era poco menos que consentir una burla a la comunidad que representa.
Como bien señalaron los vecinos de la ONG Vecinal El Calafate, “21 Minutos tardó el #HCD en aprobar la ampliación presupuestaria 2021, el Presupuesto de 2022, el calendario fiscal, y el aumento en el valor de la unidad fija (a partir del 1º de marzo). Lo que se dice una sesión express”.
Un proyecto de presupuesto cuyos detalles, pareciera, debían ser ocultados en forma deliberada de la vista de los vecinos. Que no fue publicado con antelación a su tratamiento, ni en el sitio web de la Municipalidad, ni en el del Concejo Deliberante y que no fue divulgado por ningún medio de comunicación local, casi para evitar que nadie se entere, participe, solicite explicaciones a quienes tienen la obligación de darlas o extraiga conclusiones que no debían ser extraídas.
Un presupuesto invisible de $ 3.000 millones de pesos, que se materializó sólo a partir de su aprobación y contempla partidas presupuestarias enormes para un año completo de gestión de los dos poderes del Estado municipal -Ejecutivo y HCD- presentado en apenas siete fojas (sí: 7 fojas) sin ningún tipo de detalle, anexo ni precisiones sobre cifras millonarias que carecen de toda aclaración y que –según se ve- tampoco las precisan.
Pero vayamos asomándonos de a poco, para no marearnos, al interior de esta verdadera caja negra.
DE DÓNDE SALE LA PLATA:
UN MUNICIPIO QUE NO ES DEFICITARIO… ¿O SÍ?
Empecemos por aquello que ponderan los titulares de los portales “amigos”. En efecto, el prepuesto 2022 duplica los recursos aprobados para el ejercicio anterior. Pasa de $ 1.497 a 2.992 millones de pesos. Como se advierte, la inflación proyectada para el año entrante –con una estimación del 50-55%- ha sido contemplada más que generosamente con al menos 45 puntos de margen. Lo cual sólo puede significar dos cosas: o que Javier Belloni le tiene poca fe a las proyecciones inflacionarias del Gobierno de su mismo signo político; o que en 2022 volcará mucho más dinero a inversión social y gasto público.
Pero, ¿de dónde salen esos casi 3.000 millones? ¿Será cierto el relato oficial que asegura que toda esa masa de dinero proviene de recursos “propios” recaudados por el Municipio calafateño tal y como se pregona desde la gestión?
La verdad, mal que pese a muchos, es que no.
De cada peso que ingresa a las arcas municipales, menos de la mitad (el 45%) corresponden a “Ingresos propios de jurisdicción Municipal”.
En rigor y de acuerdo al documento presentado por el mismo Ejecutivo al HCD, la Municipalidad recauda en forma genuina sólo $ 1.346 millones de los casi $ 3.000 mil presupuestados en concepto de ingresos tributarios y no tributarios.
Y acá, la primera revelación: del monto total ingresado en concepto de impuestos, tasas, derechos y “otros”, el ítem “Multas, intereses y recargos” representa… ¡casi la mitad de la recaudación de la comuna! Para ser exactos, $ 652 millones. Está claro que el Ejecutivo municipal no tiene previsto recaudar durante 2022 esa masa de dinero imponiendo infracciones por mal estacionamiento. Esa plata tiene que salir de otro lado.
Sale, claro, de los intereses devengados de los plazos fijos que el “Javi” tiene depositados a nombre del Municipio en varios bancos. Sale, ni más ni menos, que de la timba financiera.
Ahora bien, para que esos depósitos reditúen intereses por más de $ 600 millones (!) está clarísimo que han de ser en dólares y por sumas muchas veces millonarias. La pregunta del millón de dólares (nunca mejor aplicada la alegoría) es esta: ¿Cuánta dinero tendrá a su nombre el Municipio de El Calafate a plazo fijo en moneda extranjera y por qué razón la cifra de esos depósitos no se da a conocer siendo que se trata de dinero de los contribuyentes? La respuesta es uno de esos arcanos guardados bajo siete llaves… y ya sabemos en poder de quien están las llaves.
Pero dentro del ítem “Ingresos corrientes de jurisdicción municipal” que engloba todo aquello que recauda la “Muni” por ventanilla, hay otro ítem igual de opaco. Se denomina “Otros ingresos” y suman casi $ 176 millones (sí, acostúmbrese a esto; todo es así de claro en los documentos del Municipio). Este ítem “Otros ingresos” comprende a su vez dos conceptos: a) “Ingresos de jurisdicción Municipal” (no especificados) por $ 150 millones y, b) un llamativo “Explotación de bienes municipales” por otros $ 26 millones (no especificados). Olvídelo, no hay un solo apartado o anexo que explique al vecino de dónde salen esas partidas, ni nomenclador oficial que las detalle.
Lo cierto, es que si sacamos de los ingresos corrientes estos “Otros ingresos” ($ 176 millones), más los intereses que se devengarán por depósitos a plazo fijo durante 2022 ($ 652 millones), y nos quedamos solamente con aquello que el Municipio recaudará en conceptos de tasas, impuestos, patentes y derechos resulta que tenemos ingresos por poco más de $ 500 millones. Esto es, ¡menos del 20% del presupuesto aprobado la semana pasada!
Pero señalamos también que el 45% del dinero que administrará el municipio calafateño durante 2022 ingresará de partidas de Nación y Provincia a través de aportes no reintegrables (que no deben ser devueltos). Se trata de una ingente masa de recursos recibidos que roza los $ 1.365 millones y se explican del siguiente modo:
*Coparticipación Federal (de impuestos que envía Nación), $ 500 millones.
*Coparticipación Provincial (de impuestos que envía Provincia), $ 600 millones.
*Regalías de gas y petróleo, $ 200 millones.
*Aportes no reintegrables para cubrir el déficit; $ 21 millones.
*Regalías mineras, $ 9 millones.
*“Otros”(no se especifica el origen), $ 32 millones.
Finalmente, el 10% remanente de ingresos municipales (unos $ 280 millones) provendrá el año entrante de tres conceptos: a) la venta de tierras fiscales (70 hectáreas adquiridas a precio de remate a “Estancia Anita” por $ 15 millones que a su tiempo redituarán ingresos por $ 80); b) “Fondos de terceros” (unos $ 11 millones, sin especificar nunca quiénes son esos “terceros”) y, c) “last but not least”, otra enigmática partida titulada “Ingresos no municipales” que nadie sabe exactamente de dónde salen pero que agregan al presupuesto la nada despreciable cifra de $ 190 millones.
En resumen, todo lo anterior significa que si el Municipio dependiera exclusivamente de lo que recauda por caja, esto es, del dinero que cobra a los contribuyentes residenciales sin los intereses provenientes de sus plazos fijos en dólares, sin esos “otros ingresos” no especificados y sin las partidas coparticipables que envían Nación y Provincia, la localidad contaría con un presupuesto esquelético, equivalente a una quinta parte del que fue aprobado recientemente por el Concejo Deliberante.
Un monto tan exiguo que ni siquiera llegaría a cubrir el 22% destinado a los sueldos del personal de planta municipal ($ 672 millones).
De lo que se deduce claramente que muy a pesar de lo que afirma el mito fundacional bellonista, el Municipio calafateño sí es deficitario. Lo es por la sencilla razón de que sin esos ingresos adicionales la localidad no podría sostener ni en sueños el formidable nivel de gastos que aprobó para 2022. O no, al menos, disponiendo de los magros recursos que genera su recaudación real.
Nota: Este análisis a vuelo de pájaro sobre el Presupuesto Municipal 2022 recientemente aprobado por el HCD no hubiera sido posible si los vecinos de Vecinal El Calafate no hubieran publicado en su perfil de Facebook el proyecto elevado por el Departamento Ejecutivo. A esos vecinos que cumplen el rol que nuestra institución legislativa debiera cumplir y no cumple y que el periodismo “blanco” amigo del poder local prefiere pasar por alto, todo nuestro agradecimiento.
Fuente: Ángel R Serra.
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