Estamos en una época del año donde la clase política prepara su golpe de efecto popular (y populista) para demostrarle a la opinión pública que no estamos tan mal y todo es gracias al temple, la organización y el control de los recursos que han hecho desde el Ejecutivo y es precisamente, esa “buena administración” que le permite al/los gobiernos “derramar felicidad en el pueblo”, ya sea en forma de alegres fiestas conmemorativas, el pago del aguinaldo a tiempo (lo cual es lo que les corresponde hacer) y en algunos casos (pasaba en la época de Néstor Kirchner en la gobernación), algunos pesos en negro que no caían nada mal a los emplados públicos, previo a las vacaciones. El modelo no ha cambiado, solo se adaptó a los tiempos y a ciertos cambios sociales.
Los “balances de gestión” realizados por el Intendente de Río Gallegos y el gobernador de la provincia, parecen salidos de una película de ciencia ficción, porque si nos remitimos a las declaraciones de estos mismos durante el año, solo para justificar la falta de actualización salarial, la pelea interminable con los gremios por la recomposición de los sueldos por debajo de la línea de pobreza y el “no hay plata” como mensaje que se antepone a cualquier aspiración de los trabajadores por tener un mango más en el bolsillos, nos encontraremos que no hay relación entre lo bien que dicen que le ha ido al gobierno en este año 2024 y lo que hemos vivido durante al año; pero para ellos en el gobierno, lo bueno (siempre) está por venir.
Si cualquier lector repasa los medios de la provincia y especialmente los de la capital de Santa Cruz, va a encontrar la alegría de las fiestas de fin de año reflejados en los portales, detalles de los grupos musicales que trae “gratuitamente” el intendente Pablo Grasso para conmemorar el aniversario de la capital y resaltan lo bien “que bailan los riogalleguenses” e íntimamente, el lector crítico y ávido de saber qué pasa, como aquellos apóstoles del pueblo de 1810, empiezan a preguntarse si con la llegada de fin de año los acontecimientos políticos, económicos y sociales se han tomado una pausa, o bien le están vendiendo pan y circo, como cortina de humo espesa, para impedirles conocer lo que realmente pasa por la puerta de sus casas.
El Intendente Grasso ha hecho un clásico de los “megafestivales gratuitos” que organiza en Río Gallegos cada año, con un despliegue escenográfico impresionante y la contratación de múltiples bandas, algunas de primer nivel, pero extrañamente (o no tanto) no explica con la misma vehemencia, de dónde saca los fondos para gastar tantos millones como si Río Gallegos fuera una comuna rica, sin déficit y generadora de riquezas infinitas y no un municipio pobre, con deudas supermillonarias a las Cajas (CSS y CPS) y trabajadores que están al límite o por debajo de la línea de pobreza, altas tasas y falta total de servicios.
Los concejales, mientras tanto, ya han hecho su trabajo aportando las manos resortes y cerrando un año “exitoso” legislativamente, aprobando todo lo que el Ejecutivo municipal envió y obviamente, sin preguntarle ni mucho menos controlar cómo Grasso tiene tanta plata para los festivales “gratuitos” de fin de año y no cuenta con los fondos para invertir en cuestiones más urgentes.
El gobierno provincial no hace fiestas populares (bueno sería…). El gobernador hizo un resumen del año de gestión y dejó más dudas que aclaraciones, teniendo en cuenta la diferencia abismal que hubo entre su relato y la realidad que vivimos en la provincia, en estos 12 meses. Y este fue el “pan y circo” que le vendió al pueblo de Santa Cruz, mientras los medios replicaron “la buena gestión” provincial y ocultaron la compra de voluntades en la Cámara de Diputados para tener las manos de dos Ultra K Pérez y Ojeda con el fin de conseguir mayoría y permitirle a Claudio Vidal aprobar todo lo que se le ocurra, sin discusión ni debate, exactamente como lo hacía antes Alicia Kirchner, a quien el petrolero criticaba parado en la caja de camionetas del sindicato, durante la campaña. Esa misma metodología del gobierno anterior, le permitió aprobar las Emergencias, el RIGI y el Presupuesto 2025 (entre otros proyectos), in límine.
“Pan y circo” es una frase peyorativa la que pretende demostrar la estrategia ocultista de un gobierno que distrae a la población con “entretenimiento y alimentos” para que no se queje ni proteste por la realidad que la circunda. Para lograr esto, es fundamental la utilización de los medios de comunicación que hablen de cualquier cosa, menos de lo importante.
El problema, es que “entretenimiento y alimentos” quedó desactualizado. Hoy no entretienen, sino mienten y corrompen y mucho menos “alimentan” porque tienen al pueblo viviendo por debajo de la línea de pobreza, les quitan sus derechos, sus medicamentos y en algunos casos, como en la legislatura el jueves pasado, los tienen bajo la mira de un fusil, solo por animarse a protestar, precisamente, por las mentiras que ellos mismos generan con su propio “pan y circo”. (Agencia OPI Santa Cruz)