Represas: mucha euforia por el reinicio de las obras pero siguen ocultando la verdad del financiamiento y los verdaderos problemas que mantienen suspendido el proyecto.

A partir de los dichos del Jefe de Gabinete Nicolás Posse en el Senado, algunos medios comenzaron a levantar información sobre el presunto inicio de las obras en Represas y vinculan ese inicio con una fecha indeterminada, pasada la veda invernal.

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OPI hizo las averiguaciones necesarias para establecer algún tipo de confirmación a lo dicho por Posse y la realidad dista mucho de la euforia que tienen algunos a la hora de comunicar “buenas noticias”, respecto de ese reinicio de obra, especialmente desde el gobierno santacruceño y los medios provinciales abonados a la pauta que cortan y pegan los comunicados oficiales.

Del análisis desapasionado que hicimos sobre las palabras de Posse en el Congreso, no se percibe una interpretación lineal de sus dichos como pretenden algunos, porque carece de cualquier tipo de precisiones y es más un discurso político, que datos precisos sobre este delicado asunto.

El mismo sostuvo que “están avanzando las negociaciones” entre el gobierno nacional y los chinos, Enarsa negocia los reclamos pendientes planteados por la UTE y todo hace pensar que la obra podría ponerse en marcha en plazos razonables.

Las lecturas subjetivas

Como se desprende de los condicionales que usa Posse en su exposición, nada es seguro ni está confirmado, de hecho, el funcionario deslizó concretamente que Enarsa (el Estado nacional) “está negociando” con la UTE, “un cronograma de avance de obra realista y ejecutable, que permita certificar tareas en función de hitos críticos para su terminación antes de la finalización del contrato de financiamiento”, tal sus palabras.

Dicho con palabras claras, sin eufemismos y de acuerdo a lo que pudimos conocer de parte de nuestras fuentes en el gobierno nacional, lo que han puesto en la mesa las nuevas autoridades de Enarsa, es que con más de 2.000 millones de dólares insumidos de los casi 5 mil millones presupuestados, un 30% del total de la obra realizada, 10 años de construcción y sin un plan de obra concreto y ajustado a la realidad con cumplimiento efectivo de las etapas, no habrá ninguna posibilidad de que la obra se ponga en marcha.

Las misma alta fuente que consultó esta Agencia, explicó largamente el cúmulo de problemas que existen en Represas y traban la continuidad de las obras. Una de ellas es la exigencia de los chinos, quienes están absolutamente disconformes de la manera que tanto el Estado nacional como las empresas argentinas que conforman la UTE, han manejado hasta ahora la parte administrativa y ejecutiva de ambas represas “Cóndor Cliff-La Barrancosa”.

Los bancos chinos le han pedido al gobierno argentino una serie de condiciones para emitir una adenda de entre 500 y 1.000 millones de dólares más. Cuando el gobierno nacional acudió a cumplimentar esos requisitos, se encontraron con un desastre financiero donde no hay correlación entre lo que se encuentra ejecutado y lo “invertido”, hasta el mes de diciembre 2023.

Las mismas fuentes aseguraron a esta Agencia que si en el mejor de los casos logran destrabarse entre 300 y 500 millones de dólares, muy poco de esos fondos van a quedar libres para proseguir la inversión de obra, dado que gran parte de los mismos será insumido por las deudas y obligaciones impagas que tiene la UTE y cuya falta de claridad ha generado dilaciones de tipo administrativas/ejecutivas, desde que se generó el cambio de gobierno, debido que en Enarsa han encontrado todo tipo de irregularidades ls cuales están evaluando cómo subsanar en lo que resta del año.

Solo si los bancos chinos destraban un crédito de 1.000 millones de dólares frescos (en etapas) en el financiamiento del proyecto, podría ponerse en marcha de forma genuina, la construcción de ambos diques. Pero hay otro problema, del cual nadie habla.

Realidad que todos callan

El gobierno argentino se encontró con una realidad que es determinante a la hora de convencer a los inversionistas chinos de seguir poniendo plata en el proyecto, si no se hace un recálculo del mismo, en base a los problemas geológicos hallados en la zona de emplazamiento del dique Cóndoro Cliff (el más cercano a El Calafate), por cuanto es el obrador de menos avance, precisamente, por los problemas con los cuales se ha encontrado la UTE y que oportunamente OPI pusiera en conocimiento de la opinión pública, cuando publicamos las fotos e informe del deslave o “quiebre” de un cerro, como producto de la inestabilidad y desplazamiento de las napas internas del terreno, donde iban a ser construidas las bases del dique.

A pesar de los rellenos de cemento con el fin de consolidar la seguridad de las bases, Cóndor Cliff se encuentra seriamente cuestionada desde lo técnico y en base a la información que OPI diera en su momento, la única opción posible era y es, emplazar la obra río arriba, a unos 20 kms de donde está hoy, en dirección al Lago Argentino, lo cual es resistido por varias razones.

El gobierno anterior transformó este grave problema, en un secreto de Estado con la complicidad de la UTE; sin embargo, es elocuente que la lentitud con la cual se desarrollan allí los trabajos, es consecuencia directa de los problemas que existen para cumplir con los estándares de seguridad técnico y medio ambientales y los cuestionamiento que existe entre los inversores chinos de seguir allí, en vez de migrar hacia un terreno más firme, como señalan los estudios geológicos realizados. El recálculo de los costos, fue negado por el kirchnerismo, ante la andanada de críticas y planteos legales que iba a sufrir el proyecto y el macrismo, siguió el mismo camino.

Cuando Posse habla de un cronograma de obra realista y realizable, de alguna manera pone de manifiesto que la corrupción instalada en el proyecto ha sido el mayor problema de que a 10 años del inicio, menos del 30% de la obra esté construída y cuando alude sobre “…certificar tareas en función de hitos críticos para su terminación antes de la finalización del contrato de financiamiento”, Enarsa (con las nuevas autoridades a cargo) pide ni más ni menos, que se cumplan las etapas de obra, que las mismas sean efectivamente certificadas para poder recibir los fondos correspondientes a la segunda etapa y así sucesivamente. Nada extraordinario, es lo lógico y coherente que debe hacerse y el kirchnerismo y el macrismo, jamás hizo.

El condicionante del gobierno argentino

Las fuentes consultadas por OPI en el gobierno nacional corroboraron la intención del presidente Milei de proseguir con las obras de las Represas, que en un principio y en campaña había advertido que serían suspendidas.

Una vez asumido y en conocimiento de los contratos con China y las cláusulas secretas que existen sobre los fondos de inversión chinos, la deuda en yuanes y las condiciones que se deben respetar y fueron firmadas por el kirchnerismo con el país asiático, Javier Milei no pudo abandonar el proyecto. Así se lo hicieron saber los chinos al gobierno y por ese motivo la Canciller Mondino salió a dar un mensaje lavado, sobre los acuerdos que seguirían adelante en relación a la construcción de las Represas sobre el río Santa Cruz.

Sin embargo, después que Milei tomara conocimiento de la situación administrativa/ejecutiva y funcional de la UTE, la corrupción existente, las enormes deudas que están creciendo por intereses con personal, proveedores internacionales, nacionales y tomara conocimiento de los desastres existentes en la ejecución del mega proyecto hídrico, el atraso y la evidente falta de relación entre los gastado y lo construido, el presidente tuvo dos revelaciones: No puede bajar definitivamente la obra ni suspenderla por 4 años, por los compromisos binacionales que existen tanto financieros como contractuales del proyecto energético y tampoco está decidido a que se siga desarrollando de la manera en que lo hicieron los gobiernos del 2015 a la fecha.

Cuando le presentaron un resumen de las tres carpetas en las que consta una auditoría administrativo/técnico/contable del proyecto en estos cinco meses, la decisión de Milei fue de acá en más y para reactivar la obra, transparentar su ejecución y exigirle a la UTE una serie de condicionamientos de cuyo cumplimiento depende el reinicio del proyecto.

Asi resumido y a la vista de los problemas que giran en torno a las Represas, lo dicho por Posse en el Senado, se limita a un anuncio light, político y de oportunidad de que las obras no se van a suspender definitivamente, pero no hay fecha cierta de cuándo se van a reactivar.

Obviamente, el verdadero problema que existe y del cual depende la continuidad del proyecto, el Jefe de Gabinete no lo ventila y el gobierno provincial persiste en mantener la viva la esperanza de que próximamente habrá buenas noticias, para mantener la paz social y aplacar los ánimos sindicales, por cuanto Claudio Vidal desde su campaña se puso al hombro dos controvertidas causas (como Represas e YCRT) que están lejos de su decisión política, pero le han servido para crecer en el plano del discurso que lo coloca como defensor regional de ambos proyectos. (Agencia OPI Santa Cruz)