Si Néstor viviera estaría condenado como su mujer

Toda la prensa, o parte de ella, está muy ocupada en recordar el onomástico de Néstor Kirchner y en algunos casos hablan como si se tratara del natalicio del General José de San Martín. Nada tan antepuesto ni antagónico en términos de moral e historia.

Lejos de los monumentos, la diatriba voluntarista y pseudo mística que ensayan algunos congéneres enriquecidos con los beneficios colaterales que brindaba el plan de vaciamiento y corrupción que inició el Eternatura en el año 2003, la realidad muestra que de haber vivido, el ex presidente hubiera caído, como su esposa, en manos de la justicia y habría resultado condenado por las mismas razones: robarse un país.

OMAR MUÑOZ Y NESTOR KIRCHNER

Obviamente es un principio contafáctico, pero si seguimos la lógica de la caída del régimen kirchnerista y las turbulencias internas que generó la diáspora K a partir del 2013 cuando comenzaron a ser llamados a declarar, sin duda Néstor hubiera caído víctima de su propia construcción delictiva, la cual acuñó mucho antes de llegar a la presidencia y ello quedó revelado claramente cuando públicamente se supo que 13 días antes de asumir el cargo, creó la empresa Austral Construcciones Sa la cual puso en manos de su testaferro, Lázaro Báez, el lavador de los dineros sucios que bajaban del Ejecutivo nacional por orden de NK (y luego su viuda).

Esto borra cualquier duda sobre la existencia de un plan sistemático y premeditado para explotar a la construcción, como nicho de enriquecimiento ilícito y poder, mediante la asistencia indelegable en todo ese proceso, de sus cómplices, Julio De Vido, Ricardo Jaume, José López, Daniel Muñoz, entre otros tantos.

Otra teoría, también contrafáctica, señala que si Néstor viviera, nada en la justicia se habría develado, ni su esposa (y muchos menos él) habrían sido condenados, porque después de tantos años de gobierno, hubieran logrado destruir prácticamente todos los nichos de resistencia y transformado a la Argentina en una sociedad allanada al crimen, la corrupción y al saqueo por parte del grupúsculo que Néstor elegía, seleccionaba y ordenaba meticulosamente.

Con él en vida, pocos o ninguno de los que cantaron como pajaritos en una mañana soleada en Comodoro Py, hubieran abierto la boca y posiblemente fiscales y jueces habrían puesto su matrícula a salvo.

Todo es tentativo, especulativo y subyace en la teoría del “podría haber sido”, lo que sí sabemos, es la diferencia sustancial existente entre el accionar del padre de la criatura y la de su mujer, una vez desaparecido él.

Néstor Kirchner junto a Lázaro Báez en El Calafate –

Néstor Kirchner era un tipo pragmático y mostraba la flexibilidad de quienes saben usar el poder. No dudaba en bajar al barro, si la coyuntura lo requería; su esposa, lejos de ese pragmatismo, se ha creído siempre la reina intocable que heredó una corona indelegable. Y nada de eso fue ni es así y por el contrario, ha demostrado tener la falta de tacto y racionalidad suficiente, como para complicarse con sus causas delictivas y poner al Frente Para la Victoria, en su peor momento histórico.

La intencionalidad de la vicecondenada de mantener viva la memoria de “Él”, insertando en el relato kirchnerista bondades y virtudes que Néstor nunca tuvo, no es más que un bagaje de mensajes vacuos sin ningún arraigo a la verdad ni a la realidad, dirigido a la militancia obtusa y solo anclada en la construcción ideal de un hombre que tenía más defectos que cualquiera y de quien, post mortem, se demostró el verdadero plan con el que había llegado a la presidencia y que, gracias a Dios, su viuda no pudo sostener. (Agencia OPI Santa Cruz)