¡SIN VERGÜENZA!

No es serio escuchar decir a la mayor responsable política del fracaso social y económico del país, que “la estanflación es igual a la catástrofe social”, cuando desde el 2003 en adelante, que aparecieron en escena Néstor y Cristina, nos han sumido en la decadencia total, arrastrando a la sociedad a un modelo político populista, prebendario, estatista y empobrecedor, que ha logrado el gran “éxito del modelo”, dejando un 48% de pobreza, un 200% de inflación interanual, un dólar en 1000 pesos, un 10% de indigencia, el país sobregirado, endeudado por varias generaciones, un aparato estatal que es un elefante con sobrepeso, la moneda licuada debido a la descomunal emisión de más de 2 billones de pesos y un endeudamiento desde el 2003 a la fecha de casi 300 mil millones de dólares.

¿Y esta señora descubre ahora que la estanflación es una catástrofe social? ¿Por qué no se dio cuenta en estos últimos cuatro años, donde el títere que puso ella como presidente y el Ministro que ordenó colocar al frente de Hacienda, chocaron la calesita?. Son los culpables directos del desastre argentino y/o como dice la vicecondenada, la catástrofe social que produjeron.

“Lo virtuoso es no gastar más de lo que ingresa. Pero evidentemente en épocas de crisis esto es un instrumento que se necesita para evitar la recesión. Porque si no podemos llegar a tener el infierno más temido que es recesión con inflación. Y estamos al horno“, dijo CFK, como si hubiera llegado en un plato volador.

La estanflación se compone de inflación más recesión, dos fenómenos combinados que Argentina vive desde el año 2020 que su gobierno se hizo cargo, generando una emisión descomunal que devaluó el peso hasta eliminarlo, prácticamente y el mismo gobierno “de científicos” cerró la economía, retrayendo las ventas y prohibiendo la importación. Todo eso lo hicieron ellos: Cristina, Alberto y Massa.

Cristina en su enunciado trató de justificar el gasto público que ellos aumentaron en un 500%, como único método para salir de la crisis y evitar la recesión, pero lo que no dijo es que no fue circunstancial ni pasajero, siguieron imprimiendo y gastando a mansalva durante 4 años, sin tope ni límites y por esa mala administración, “hoy estamos al horno”, como ella misma expresó.

Y para reforzar la definición de estanflación, Cristina dijo “es la caída total de la actividad, desempleo y al mismo tiempo precios altos“; exacto: es el universo en el que nos dejaron ellos desde hace como mínimo 2 de los cuatro años que han gobernado.

Como siempre, esta gente, con la excusa de lo obvio, pretende justificar sus dislates y nunca se hacen cargo de nada. Del ¡Ah pero Macri!, que hace cuatro años dejó el poder, al ¡Ah pero Milei!, que aún no asumió y es culpable del dólar, la inflación y las manifestaciones callejeras, la señora Cristina Fernández demuestra es una persona sin vergüenza, ética ni moral.

Llamativamente, cada vez que la viuda escribe alguna estupidez en las redes sociales o se hace la superada en Tic Toks, caminando precedida por un steadycam y una producción que incluye dos o tres esclavas de su entorno que la siguen sacudiendo la cabeza como los antiguos perritos de fantasía que llevaban los autos en la luneta, los medios nacionales salen por varios días a replicar las sandeces y las mentiras que dice.

Programa a programa la replican y “analizan” como si fuera un oráculo y canales que en teoría “se oponen a su prepotencia, mentira y figuración”, se transforman en multiplicadores de las estupideces que dice la vicepresidente corrupta.

Todo se reduciría a cero, si la ignoraran y dejaran de estar tras lo que dice y hace y solo se abocaran a denunciar sus viajes ilegales en los aviones de YPF, las jubilaciones ilegales que cobra y se esforzaran para que se cambie la ley y el gobierno de Milei anule la millonada de pesos que mensualmente gastamos los argentinos para rodearla a ella y su familia, de una seguridad que no le correspondería tener y que debería enfrentar con sus propios recursos, que no son pocos y teniendo en cuenta lo que nos robó a todos los argentinos. (Agencia OPI Santa Cruz)