La nueva convocatoria para sesión extraordinaria en el Concejo Deliberante de Río Gallegos por parte del intendente Pablo Grasso, resultó negativa por tercera vez para el jefe comunal que tenía en mente conseguir la aprobación de cuatro proyectos fundamentales: el presupuesto 2024, la Tarifaria municipal, el 4% como tasa vial sobre las naftas y la creación de 12 subsecretarías que se anexarían a las secretarías existentes, posiblemente para darle refugio y sueldo a gente del partido que ha perdido poder en la provincia.
Una vez más la oposición se opuso a las 4 proposiciones oficiales y por decisión del concejal Wilson Flores (FPV), no acompañó con su voto puntualmente el aumento del 4% sobre las naftas para los habitantes de Río Gallegos y tampoco se autorizó la creación de las 12 subsecretarías solicitadas por el Ejecutivo, proyecto que fue enviado a Comisiones.
A pesar de las patotas
La sesión estuvo concurrida por vecinos, gente que había enviado el intendente Pablo Grasso y otros que apoyaban a la oposición. Si bien esto es prácticamente parte del folclore de cada sesión y especialmente cuando se tratan proyecto de tanto impacto en la comunidad, un grupo de no más de 3 o 5 personas y de ellas solo 2 visiblemente alteradas, comenzaron a agredir de palabras al edil Wilson Flores, especialmente cuando éste negó sus manos para la aprobación de las 12 Subsecretarías que intentan crear el intendente y su Secretario de Hacienda Diego Robles.
Si bien la gente enviada por el intendente municipal, le reprochó a viva voz a Flores, no acompañar a Grasso, aún siendo del mismo partido y lo trató de traidor, estos dos sujetos en particular cuya agresividad fue en aumento, tras insultos, amenazas y todo tipo de palabras ofensivas al concejal, uno de ellos amenazó “cargarlo a palos” afuera del recinto, lo cual hizo que al final de la sesión, la oposición tomara una actitud más protectora del edil y debiera intervenir la policía.
La oposición ha pedido la identificación y denuncia de estos violentos, pero de las averiguaciones que se hicieron en el lugar, nadie supo de dónde vinieron y a quién respondían. Una obviedad. (Agencia OPI Santa Cruz)