Así lo aseguró la esposa de Hernández, a quien se le impuso arresto domiciliario tras hacerse presente en las instalaciones del juzgado y agredir verbalmente a empleados del Poder Judicial. La mujer sostuvo que recibió esa pena “porque estoy defendiendo a mi marido”.
Un escandaloso hecho tiene como protagonista a una vecina de la localidad de Las Heras, a quien la Justicia le impuso arresto domiciliario. Se trata de la esposa del acusado por un cruento homicidio que se registró en la periferia de la localidad petrolera.
El caso que en el que se vio envuelto el hombre de 50 años junto a su hijo de 16 -ambos de apellido Hernández- es el de Nicolás “Toño” Tula, un peón rural que fue atacado, torturado y apuñalado hasta la muerte, para luego ser escondido debajo de una chapa y ramas en un zanjón cerca de la estancia donde trabajaba. Los dos fueron imputados por el crimen acaecido a principios de mes.
En esta ocasión, la esposa del hombre detenido quedó con arresto domiciliario tras hacerse presente en las instalaciones del juzgado y agredir verbalmente a empleados del Poder Judicial.
De acuerdo a lo consignado por medios de la zona norte de la provincia de Santa Cruz, María Angélica Macías llegó al Juzgado de Instrucción Penal N° 1 , donde habría amenazado de muerte al juez Eduardo Quelín e increpó a dos secretarios del juzgado.
En consecuencia, el magistrado inició una causa de atentado a la autoridad y estableció que la mujer cumpliera con arresto domiciliario con consigna policial por el periodo de una semana. La vecina cumple la medida en una casa del barrio Perón de la localidad petrolera. En el mismo sentido, el propio Quelín determinó una medida de restricción de acercamiento de 200 metros para la mujer y su persona.
Cabe destacar que, previamente, la Defensora Oficial de Las Heras solicitó la inimputabilidad de la mujer tras un violento episodio. Es que la mujer, es descendiente de una comunidad mapuche y no sabe leer ni escribir. No obstante, se la negaron porque consideraron que era capaz de ser responsable de sus actos. En aquella ocasión, le había sacado el arma a un policía preventor.
Tras esta situación, la mujer y sus familiares alzaron la voz y afirmaron que la medida impuesta es una “injusticia”. Según manifestaron a un medio local, la pena fue consecuencia de su reclamo por la falta de atención que sufre su esposo en la comisaría donde está detenido. En una entrevista con Eclipse FM 96.1, expresaron que al hombre solo le proporcionan “una rodaja de pan en todo el día” y le ponen obstáculos para poder recibir visitas.
“Lo están haciendo porque estoy defendiendo a mi marido, porque es una injusticia lo que están haciendo”, aseguró la esposa de Hernández , mientras reclamaba que, tras su arresto domiciliario, “no tengo ni un pedazo de pan para darle a mi hijo”.
De acuerdo con la medida impuesta el 24 de mayo, a la mujer se le permite abandonar su domicilio únicamente por motivos de salud, debidamente acreditados con documentación del turno médico, derivación, receta y demás aspectos relacionados con su tratamiento.
En ese sentido, la hermana de la mujer implicada explicó que “la dejan moverse, pero tiene que ser custodiada por la Policía, a pesar de que ella ha realizado múltiples denuncias debido a amenazas contra su nieto y no se las han querido aceptar”.
A su vez, reclamó: “El juez Quelín no la quiere atender y parecer ser dueño y señor de Las Heras. Esto no va a quedar así, nosotros vamos a hacer notas para que se entere de esto el pueblo y la Argentina”.
Otro hecho que causó gran malestar entre los allegados de la esposa de Hernández fue que recibiera la citación cuando se encontraba sola, ya que no sabe leer ni escribir. En ese sentido, indicaron que “se buscó gente que ellos querían traer a la casa y no había ningún familiar que pudiera respaldar lo que decía la citación”.
“El arresto domiciliario es porque levantó la voz, la quisieron hacer callar y ella dijo que no”, declaró la hermana de la mujer.
Quiénes son los acusados por crimen del peón rural en Las Heras.
Por el crimen de Nicolás “Toño” Tula hay dos imputados, un hombre de apellido Hernández de 50 años de edad, quien está detenido en una de las comisarías de la ciudad, y su hijo, del mismo apellido, de 16 años. Este último recuperó su libertad en orden a la inimputabilidad, aunque sigue ligado a la investigación.
Aparentemente, por los resultados de la autopsia, el homicidio se remite a la jornada del 6 de mayo pasado, cuando Tula fue agredido con un elemento contundente y luego apuñalado 32 veces en diferentes partes de su cuerpo. Luego fue arrastrado y escondido en un zanjón cerca del establecimiento rural Magallanes, donde cumplía funciones como peón.
La prima de “Toño”, Brenda Tula, relató que “a mi primo le dieron 32 puñaladas, tenía muchas heridas que eran profundas y puntazos tanto en manos y brazos, como que él se defendió y estuvo agonizando”. La puñalada profunda que le habría puesto fin a su vida fue en el pecho. En el mismo sentido, la familiar de la víctima adelantó que están buscando asesoramiento legal con un abogado particular para poder ser querellantes en la causa.
Fuente/Opinion Austral/F.M.Eclipse.