El Consejo Provincial de Educación incluye un material obsceno, absurdo para un niño de 5 años y cuasi pornográfico, en escuelas de zona norte.

La cuestión ideológica ya ha dejado de ser un tabú en la enseñanza inicial y media, toda vez que el kirchnerismo hace denodados esfuerzos por militar con las políticas de género, las prácticas inclusivas, el horrible y absurdo léxico que impulsan dentro de las escuelas, pero pocas veces han llegado al colmo en el que ha incurrido el Consejo Provincial de Educación de la provincia, incorporando al ciclo inicial en algunas escuelas de zona norte (o al menos intenta hacerlo), especialmente en Caleta Olivia, el libro “Yo Pregunto. Educación Sexual desde los primeros años“, de Editorial Chirimbote y cuya autora es Julia Santecchia Psicóloga Cognitiva, Sexóloga clínica, y Educadora sexual; Cecilia Borghetti Psicóloga (UBA). Sexóloga Clínica (UBA) Curso de Orientadora Sexual en Centro de Enseñanza, Terapia e Investigación de la Sexualidad Colaboradora docente de la Cátedra Libre de Sexología y Salud Reproductiva de la Facultad de medicina U.B.A y una tercera llamada Macarena Rijó.

El Consejo Provincial de Educación incluye un material obsceno, absurdo para un niño de 5 años y cuasi pornográfico, en escuelas de zona norte

La autora Santecchia en su presentación señala “Me desempeño en la clínica como terapeuta de adultxs, y como sexóloga de adultxs y parejas”.

El Consejo Provincial de Educación incluye un material obsceno, absurdo para un niño de 5 años y cuasi pornográfico, en escuelas de zona norte


El libro se editó dentro del programa “ESI para chiques” orientado a las primeras infancias y en ese marco el CPE lo ha hecho llegar a docentes y directivos de los colegios de zona norte, lo cual ha comenzado a hacer ruido dentro de la comunidad educativa por la forma en que se vuelcan contenidos para niños que van de los 5 años en adelante.
“Decidimos enfocarnos en las primeras infancias. A esas niñeces que empiezan a explorar, preguntar, curiosear, autoconocerse, creemos que es necesario acompañarlas desde un leguaje simple, pero sin desmerecer su proceso de conocimiento y sus ganas de tener respuestas concretas, profesionales y amorosas, donde la diversidad de cuerpos, géneros y sentires esté presente desde los primeros años”, remarca el prefacio sobre los contenidos de educación sexual infantil que muestra el libro de 24 páginas con ilustraciones a color.

El material abunda en dibujos con niños pequeños mirándose unos a otros las partes íntimas, de hecho en la ilustración de tapa hay una niña mirando sus genitales con una lupa y en el interior se reproducen imágenes de niños y niñas tocándose las partes íntimas, tratando de darle un viso de “normalidad” al hecho de que para reconocerse, los niños deben dejar de lado las inhibiciones y los prejuicios y “explorar” sus cuerpos para entender la “igualdad” que existe, precisamente, en la diversidad.

El contenido presuntamente “pedagógico” apunta a la sexualización de los chicos en su etapa inicial, con la clara intencionalidad de lograr un adoctrinamiento ideológico en materia de género. El material se inscribe en ese tipo de tendencia donde desde el gobierno nacional se propicia esta suerte de distorsión peligrosa de la pedagogía, que bajan de manera unidireccional e inconsulta, hasta inclusive (y especialmente) sin conocimiento de los padres, responsables finales de la recepción de estos contenidos, que les imponen a sus hijos.

Algunos gobernadores, como Alicia Kirchner y Gustavo Melella de Tierra del Fuego, solo por nombrar a dos patagónicos, son permeables a este tipo de experimentos no avalados por la comunidad educativa y solo emanado de la autoridad de Educación que toma decisiones, que luego se transforman en verdaderos escándalos, como el intento de construir baños unisex en colegios de Río Grande, programa que se vio obligado a suspender el gobierno de TdF, después que los padres, docentes y gremio, pusieron el grito en el cielo por razones de orden moral, de higiene y de seguridad.

En el caso del libro “Yo Pregunto. Educación Sexual desde los primeros años”, se usó como excusa para su implementación, la denominada Ley ESI 26.150 (Ley de Educación Sexual Integral en Argentina), dentro de cuyos postulados incluye el derecho de todos los estudiantes de recibir contenidos de educación sexual en todas las escuelas del país, desde el nivel inicial.

Sin embargo el fundamento de dicha ley, si bien las interpretaciones suelen se muy flexibles y subjetivos, está apuntado a evitar el abuso sexual de los niños, el embarazo adolescente, la drogadependencia y evitar enfermedades en menores, por desconocimiento e ignorancia, nada que no esté debidamente contemplado en la Ley Nacional de Educación.

Sin embargo, la inclusión de un perfil ideológico de género, con marcada profundización en la pretensión de borrar los límites que demarcan el género y concederle notoria preponderancia a la ambigüedad de género, hace caer a la Educación en estas peligrosas tareas de adoctrinamiento camuflado, tratando de influir en los niños que son como “esponjas” para captar e internalizar saberes, bueno o malos, pero saberes al fin.

De una simple revisión del libro de 24 páginas de las autoras mencionadas más arriba, se desprende que existe un nivel de inconciencia mayúsculo en las autoridades de Educación, toda vez que pretende imponer la lectura y transmisión de estos conocimientos de sexualidad humana, en niños de 5 años que aún no tienen desarrollado su intelecto y/o la comprensión para captar contenidos que resultan chocantes, obscenos y hasta pornográficos en algunos tramos, teniendo en cuenta la complejidad que implica la enseñanza de la sexualidad dentro de la educación primaria y la falta de preparación que tienen los docentes, transmisores fundamentales sobre los contenidos a desarrollar. (Agencia OPI Santa Cruz)