Un recorrido por diferentes carnicerías y habló con vecinos. Si bien se sigue comprando, no es igual que antes. Los aumentos impactan. La suplantación tampoco funciona. ¿Qué hace la gente?. “Es cada vez más inaccesible”, dicen.
La carne en Argentina ya es más cara que en Brasil, aunque sigue un poco abajo que Uruguay y Chile. La suba en los precios de la carne, que roza el 20% en los principales cortes, presiona sobre el índice del costo de vida. Pero principalmente impacta en el bolsillo de la gente.
En una recorrida por las carnicerías de Caleta Olivia, sus encargados admiten que la suba fue “brava”. Y aunque siguen vendiendo, “se nota que a la gente le alcanza cada vez menos”. “La suba es tal que casi todos los cortes están a precios muy parejos” dijo Juan, dueño de una carnicería ubicada en la calle José Hernández. En su caso, el kilo de aguja o paleta ronda entre los $2.000 y los $2.100. O la nalga para milanesa, la vende a $2.350 el kilo.
“La gente busca los cortes en los que se pueda aprovechar todo, que no tengan desperdicio”. Sobre si se opta por otras alternativas como el pollo o el cordero, dijo que “pollo hay poco, y el cordero está a $1.700 el kilo”, aunque el capón se transforma en una opción, ya que se ofrece a $1.000 el kilo.
“Hay que ponerle el pecho a las balas” sintetizó al hablar de la evolución de los precios de la carne. “Uno trata de darle al cliente lo mejor y a buen precio”.
Martín, tiene la carnicería en calle Tierra del Fuego. Coincidió en que hay un “emparejamiento” en los precios y que “los aumentos han sido muy grandes”. En su local los cortes más populares como el vacío, el matambre o la nalga, todos rondan los $2.500 el kilo.
La gente busca “que le alcance la plata” y así la picada común es una opción y se vende a $1.500 el kilo. Mientras que el pollo sale $650 el kilo o la pata-muslo a $800.
Pero advirtió que “los cortes que más se venden son también los que más aumentaron”, como la aguja o la paleta que están a $2.000 el kilo. Mientras que el corte más caro sigue siendo el lomo y está “arriba de los $3.000”.
Para Cristian, (su local está en Juan José Paso), “lo que más se lleva la gente es costilla, vacío y nalga”. Los tres cortes valen similar, en torno a los $2.300 el kilo.
Y la opción económica más buscada es el osobuco que está a $1.500.
“La gente sigue consumiendo, aunque menos con todos estos aumentos, debido a que les cuesta un poco más”, afirmó Martín.
Falta pollo en Caleta Olivia ¿Por qué?
“Hoy en día se vende la misma cantidad de carne que de pollo, porque este también aumentó. De hecho ahora no se consigue, seguramente porque va a volver a subir, luego del aumento de la carne. Siempre pasa igual, sube uno y atrás sube el resto”.
“Acá la gente se lleva mucho pollo por el precio: el de frigorífico está a $580 y el de granja a $800”, aseguró Cristian.
El “asadito”
“La carne para un asado para seis personas tenés que hablar de $7.000 para arriba” resumió Martín. En sintonía con Juan que consideró una cifra similar.
Esto es sumando achuras, “que son más económicas”, y que dependiendo el tipo, van desde los $900 a los $1.300, sin considerar la molleja que es más cara que el lomo, “está $4.100 el kilo”, dijo Cristian.
En su caso, consideró que un asado con los cortes económicos, como el americano o el criollo, para unas cuatro personas, demandaría una inversión de unos $5.000.
Sobre cómo afectó el último aumento, dijo: “Ahora estamos en fecha de cobros, la semana que viene, recién, vamos a ver el verdadero impacto en la gente”, dijo Cristian.
¿Qué dice la gente?
“Está carísima” es la frase más reiterada. Pero el argentino es carnívoro por excelencia y eso también se reconoce.
“La carne está muy cara, pero la verdura mucho más” dice Marcela. En su caso “compramos mucha carne picada o busco las ofertas para poder aprovechar”.
Igual hace Laura, donde opta por la aguja o el osobuco. “Bajamos un poco el consumo pero no demasiado” reconoció. A diferencia de una tercera vecina consultada que dijo que directamente “ya no comemos carne todos los días, buscamos los cortes más baratos, pero todo está arriba de los $2.000 y no sabés qué comprar”.
Héctor ejemplificó que en su caso, los cortes que más consume “pasaron de $1.300 a $2.000 en 10 días, imposible”. En su casa, “al menos dos o tres veces a la semana se come carne roja, y a veces se suplanta con pollo o pescado”.
“Compro poco porque está muy caro” sintetizó el último vecino consultado. “Ni la pierna de capón se puede comprar, se fue todo a las nubes” así que “no te queda otra que comer menos”.
Fuente: Opinión Austral.