Sin aguinaldo: en Río Gallegos se terminó la fiesta y también la plata.

La capital de Santa Cruz tiene a los trabajadores municipales sin saber cuándo cobrarán el aguinaldo. El intendente Grasso espera que el gobernador, Claudio Vidal, lo ayude con fondos de la provincia. Desde el gobierno advierten sobre la mala administración que llevó a los municipios a esta situación. Hubo mucha fiesta y poco ahorro.
Increible, pero real. En la segunda gestión de Pablo Grasso como intendente de Río Gallegos, el municipio no tiene fondos para pagar la segunda cuota del sueldo anual complementario. El aguinaldo.

Ya desde antes que terminara el festival aniversario de Río Gallegos, en el cual todos los años el municipio gasta millones y millones de pesos en contratación de artistas, se sabía que la plata para el aguinaldo no alcanzaba.

Sin embargo, el municipio gozaba de la vieja costumbre por la cual la provincia siempre ponía el dinero que faltaba. Casi como un nene que no sabe cuidar su dinero y le pide constantemente a su papá.

Sucede que, en este caso, el kirchnerismo ya no gobierna en la provincia y tampoco en la Nación. Entonces ya no hay a quien pedirle para recibir fondos con facilidad.

Esta vez, Pablo Grasso tuvo que salir a decir públicamente que depende de la gestión de Claudio Vidal en Buenos Aires para poder pagar. Toda una locura para un municipio que debería ser autosustentable como lo es la villa turística de El Calafate, donde Javier Belloni ya pagó el aguinaldo.

Pero en Río Gallegos siempre reinó el despilfarro, las fiestas y los negociados. Y eso se acabó. Al menos en la medida en la que todos estaban acostumbrados.

El 19 de diciembre fue el aniversario de la ciudad y se terminó la fiesta, pero también el dinero y quedó expuesta la mala administración de un municipio que vivió al compás del “pan y circo”, sin rendir una sola cuenta.

Ahora, acá también hay que pagar las cuentas y acá tampoco hay plata. En el medio, los trabajadores municipales y los vecinos que transitarán una segunda gestión de Grasso totalmente diferente: con poca plata y pocos anuncios. Se acabó lo que se daba. (El Diario Nuevo Día)