Alberto Fernández incumpliendo el fallo de la Corte Suprema de Justicia, pone al país fuera del orden mundial.
Alberto Fernández, a quien se le ven los hilos, es empujado al abismo político por la dama de negro que desde las sombras y con absoluta maldad, comanda lo que a todas luces es una reacción irracional, antidemocrática y antirrepublicana, de parte del gobierno peronista/kirchnerista, que a estas hora da lo mismo; ni uno ni otro se diferencian, luego que los gobernadores, incluyendo la señora Alicia Kirchner, avalaran y empujaran al presidente a tener semejante actitud antisoberana.
En la reunión de mandatarios provinciales, convocada ayer, en realidad el presidente Fernández no fue un anfitrión, fue el blanco de quienes por orden de Cristina Fernández rodearon la mesa y mediante su voz cantante, el patético Jorge Capitanich, habló la vicepresidente cuya traducción fue: “Alberto: conmigo les será difícil, pero sin mi, se lo haré imposible”.
No existe registro en la historia argentina y en el mundo, que un presidente elegido democráticamente incumpla una orden del máximo tribunal de justicia de la Nación. No es inédito solamente, es demencial. Porque su actitud deviene en una desobediencia de tal magnitud que licúa la división de Poderes y rompe el orden Constitucional de la Argentina, por cuanto el incumplimiento de un fallo en esa instancia, sienta precedentes impensables para el futuro del país si es que algo queda de él después de esta actitud antidemocrática y facciosa.
Hoy más que nunca la oposición, sea cual sea el signo político, debe ir fuertemente contra los dislocados ladrillos que construyen el oficialismo, incluyendo el gobierno nacional y quienes empujan a la Argentina fuera del mundo. La Corte Suprema de Justicia está siendo puesta a prueba y los Gobernadores que apoyan este dislate, deben ser corresponsables de este verdadero sabotaje a las institucionales nacionales y deberían ser puesto bajo juicio político al igual que el presidente y todos aquellos que convaliden y/o actúen apoyando esta deplorable actitud anticonstitucional.
El relato de la persecución, la justicia de Magnetto, el lawfare, el partido judicial y toda esta pavada con la cual intentan justificar las explicaciones y las pruebas que no pueden presentar ante la justicia, ya no solo se percibe absurda y ridícula en la boca de gobernadores, funcionarios o del propio presidente y ni hablar de la marionetista, sino que desnuda la precariedad mental que poseen estos personajes vinculados con delitos graves contra el Estado y en otro casos, articulando como cómplices de la banda.
Pero si los medios nacionales miran con un poco de retrospectiva y no van tan lejos en la historia reciente de Santa Cruz, el kirchnerismo ya desobedeció un fallo de la Corte Suprema de Justicia, negándose a restituir al Procurador Sosa y a pesar de la orden reiterada que le hicieron al entonces gobernador Daniel Peralta, nunca pasó nada; y ahí está el otro punto de por qué en Argentina desde la política se puede hacer y desobedecer cualquier orden judicial: no hay mecanismos punitorios que obliguen a un gobernador o a un presidente, a entender que aunque llegó por el voto, eso no le da derecho a desobedecer el mandato de las Instituciones Constitucionales, entre ellas la Corte Suprema de Justicia. (Agencia OPI Santa Cruz)