Siempre que cambian los gobiernos, especialmente intercalados con los kirchneristas, se antepone el tema de la privatización y/o la estatización de las empresas públicas. Aerolíneas no ha sido la excepción y al igual que YPF los argentinos venimos pagando los dislates cometidos por CFK, Alberto y Kicillof cada vez que metieron mano sobre la “línea de bandera” o “la petrolera mal vendida, mal estatizada y horriblemente administrada”, que por décadas vamos a seguir pagando los argentinos, mientras que los que nos hundieron, siguen proponiéndose como candidatos y lo peor: los votan.
Una investigación con acceso a documentación relacionada con YPF, republicada por La Nación+, detalló el listado de privilegios que tenía Pablo González, su familia los integrantes del Consejo Directivo y sus respectivas familias, en la presidencia de la petrolera estatal que era realmente un coto de caza del kirchnerismo/La Cámpora, la cual estaba “privatizada de hecho” para unos pocos, en detrimento de todos los argentinos.
Así se apropiaron de YPF
El Presidente Pablo González tenía dos aviones privados a su disposición. Uno de esos aviones era usado por Cristina Fernández para ir a El Calafate y Río Gallegos, como lo hemos señalado en varias notas. También Sergio Massa usó el avión en su campaña 2023.
Los aviones eran un Lear Jet 60 con un valor de venta de 20 millones de dólares y un Embraer 500 de 15 millones de dólares. Ambos a disposición de la jefa de la banda, cuando lo requiriera.
Dentro de YPF había una “Unidad de Aviones Presidencial” que tenía técnicos, azafatas, pilotos y estaba en condiciones de llevar a Gonzáles desde y donde quisiera. El Presidente de la empresa lo pedía y el avión debía estar listo.
Pases VIP en aeropuertos para los Ejecutivos de la firma. Esto comprendía Migraciones y escáner privado. Todos los meses desde Ceremonial de YPF se gastaban 10 mil dólares en pases VIP.
Un ascensor de uso exclusivo para el presidente Pablo González en el edificio de YPF.
Cinco autos de alta gama (lujo) para uso exclusivo de Pablo González y su familia con 60% de descuento en combustibles hasta los primeros 240 litros en toda la flota de autos oficiales de los Ejecutivos de la petrolera.
Pablo González tenía unos cinco/siete choferes que paseaban sus perros (del presidente y los integrantes del Comité Ejecutivo), iban a buscar los nietos a la escuela (del presidente y el Comité Ejecutivo) y compraban medicamentos en las farmacias (entre otras actividades derivadas de su función)
Sin duda Pablo González y el Consejo Directivo de YPF vivían como los Jeques árabes en un país empobrecido, fundido y arrasado por la corrupción.
Cuando Pablo González asumió la presidencia de YPF, dijo “Soy una persona que viene del interior profundo de la Argentina, que entiende los problemas que tenemos y que cree que el mayor valor de la compañía es su gente. Les pido que sigamos trabajando por el desafío de generar energía para el crecimiento del país y poner a YPF en el lugar que siempre estuvo y se merece”.
Sin duda YPF estuvo privatizada los últimos 4 años durante el gobierno de Alberto Fernández y antes, durante el gobierno de Cristina, quien usó los aviones de la petrolera como bienes propios gracias a su edecán político, Pablo González, puesto ahí, precisamente, para articular esos privilegios, pero pagados por los pobres de este país. (Agencia OPI Santa Cruz)