No hay muchas esperanzas de que los políticos en general revaloren sus capacidades, sus virtudes, aprendan de los errores y perfeccionen nivelando hacia arriba, su conducta y particularmente logren eficientar su gestión; pero cuando escuchamos, vemos y corroboramos en la práctica la falta de criterio que poseen y conceptualmente el bajo índice de prioridad que tienen para aplicar a cuestiones básicas que necesita la gente, nos embarga una frustración total, porque corroboramos fácticamente que ninguno de ellos aprendió que la política es un servicio y no un ámbito de disputas personales y enriquecimiento patrimonial.
Te puede interesar: El Intendente de Río Gallegos Pablo Grasso se otorgó un aumento salarial encubierto para él, los Concejales, Secretarios municipales y funcionarios
La noticia de que el Intendente de Río Gallegos impulsa un proyecto para crear la “Policía Urbana” en esta capital, excede realmente el sentido común. Pablo Grasso envió al Concejo Deliberante un proyecto para crear “El Sistema de Protección Ciudadana”, razón por lo cual el jefe comunal decidió canalizar parlamentariamente esta estructura “sin razón” a través de los ediles del Frente para la Victoria Soledad Kamú y Martín Chávez.
El municipio de Río Gallegos tiene una infinita lista de prioridades con la comunidad, todas insatisfechas, con servicios mal provistos o directamente ausentes de la gestión; posee carencias básicas para ejecutar tareas viales, de infraestructura y hasta de control de tránsito; carece de capacidad para organizar y tener como fuente de ingreso un sistema de estacionamiento medido y pago; no puede, no quiere o no sabe controlar, organizar y adecuar el tránsito vehicular en las principales arterias de Río Gallegos como la Autovía, donde los accidentes diariamente no solo se cobran daños materiales, sino vidas o arruinan familias; no puede mantener un servicio de recolección de residuos eficiente, posee pocas unidades de recolección y el personal no da abasto para hacer la limpieza de forma diaria en toda la comuna, lo cual trae aparejado mugre, desperdicios por días tirados en las veredas, en este momento mezclada con la nieve, el hielo y el barro; no hay personal ni máquinas para despejar nieve o el hielo, el departamento de Tránsito es deficiente y mal equipado, los perros sueltos en las calles son un problema sin solución en su segunda gestión y la falta de servicios en los barrios periféricos, ya es un sello de su administración; solo por nombrar algunas de esas deudas de gestión que tiene Pablo Grasso, aunque hay muchas más.
Dicho esto, suena surrealista que el intendente de Río Gallegos esté pensando en crear otra superestructura que demandará presupuesto, personal, indumentaria, logística, gestión administrativa, etc, solo para hacer realidad el sueño de “su policía propia”, acaso para pelearle al gobernador Vidal la discusión demagógica de la política de seguridad en esta capital, que es deficiente, claro está, pero no va a resolver una policía comunal que implica cargar sobre el contribuyente más presión y aumentar la ya inconcebible plantilla de empleados municipales que está cercana a los 4.500 dependientes del municipio.
De lo que hemos podido conocer, sobre el proyecto de la denominada Guardia Urbana estaría dentro de la Dirección General de Seguridad Municipal de Río Gallegos cuyo Director es Miguel Cader. De esta manera funcionaría Tránsito Municipal, Centro de Monitoreo, Protección civil Municipal y la Guardia Urbana.
Sin precisiones ¿Globo de ensayo?
El proyecto del denominado “Sistema de Protección Ciudadana” nadie lo conoce; solo se sabe que será puesto a consideración del Concejo Deliberante e impulsado por los Concejales Chavez y Kamú, por lo tanto, nos cabe la sospecha de que Grasso ha tirado un globo de ensayo (como otras veces) para recoger la reacción de la opinión pública y del entorno político, incluyendo el gobierno provincial. Obviamente un proyecto de este tipo y magnitud, no puede concebirse autónomamente, sino integrado y como parte de un trabajo coordinado con la policía provincial; sin embargo, en ese punto existen dudas sobre si el intendente está decidido realmente a trabajar codo a codo con su enemigo político.
Es obvio que el intendente se encuentra con varios obstáculos para promover este tipo de instituciones, entre ellos la necesidad de contar con una Carta Orgánica Municipal lo cual le da autonomía política e institucional al municipio.
Las fuentes consultadas indican que una de las posibilidades de meter este proyecto de creación de Guardia Urbana, es encuadrarlo en la Ley de Seguridad Pública Nº 3523 aprobada en el año 2016 que trata sobre las Fuerzas de seguridad, policía, Policía Provincial, personal policial, ascenso policial, defensa nacional, sin embargo, existen varias dudas sobre cómo podría forzar dicha ley para este armado de policía autónoma, como lo pretende el intendente de Río Gallegos.
Un tema que no es menor, detallan las fuentes consultadas, es que la tendencia de la justicia (en general) es reconocer la autonomía municipal, también, en estos casos de la Policía como facultad concurrente con la provincia. Es discutible esta posición, pero en principio el criterio en general es el reconocimiento de la autonomía municipal como si fuese otro Estado autónomo dentro del estado provincial. No obstante estos “usos y costumbres” de la justicia, lo correcto sería primero dictar la Carta Orgánica, porque así lo marca la Constitución provincial, por lo tanto, se transforma todo en una cuestión interpretativa, la cual deberá aplicarse a este proyecto y habrá que ver cómo lo resuelven los concejales y cuáles son los argumentos legales de cada uno de ellos para (en caso de aprobarlo) encuadrar este controvertido proyecto de contar con “policía propia”, por parte del Intendente Pablo Grasso. (Agencia OPI Santa Cruz)