El senador ex intendente de Las Heras José Carambia, avaló la instalación del presentismo docente en Santa Cruz y en una radio de Caleta Olivia dijo, sin ponerse colorado “no podemos incentivar a los vagos, tenemos que incentivar al que labura” y transformando la respuesta en pregunta le dijo al entrevistador “¿Vos no estás a favor que aquel que labura, que se esfuerza, que no presenta boleta gane más?, ¿No tiene que ser así la vida?, ¿Que el que se esfuerza, el que labura y cumple, gane más que el vago que no cumple?, ahora bien, capaz se comunicó mal”.
Siguiendo el mismo pensamiento que expresa Carambia, nos gustaría saber cuándo llegará el presentismo en el Congreso. A la gente le gustaría saber, por ejemplo, por qué los senadores como él, Gadano y tantos otros ,se esconden, no van, no dan quorum, pegan el faltazo, se levantan y se van o se esconden en sus oficinas. Si acaso como dice Carambia “no hay que incentivar a los vagos” comencemos por casa y limpiemos de ñoquis el senado que él y su compañera de ruta tienen por decenas, acomodados, familiares, amigos y amigos de los amigos.
No solo vagos, sino, chorros
El senador Carambia parece no saber, ni haberse enterado, que la clase política a la que pertenece, no es el sector mejor ranqueado social y conceptualmente en nuestro país por su moralidad, apego al trabajo y honestidad.
Salvando algunos casos aislados que pueda haber por allí (y sería muy bueno conocerlos), donde él y su hermano no está incluido, en general, diputados y senadores son “cuidadores de quintas”, “transas” y “negociadores”, ésta última calificación un verdadero eufemismo que encubre el tome y daca, los arreglos espurios entre oficialismo y oposición y las valijas de plata que históricamente han corrido por “el salón de los pesos perdidos”, ergo: simples chorros. Esto sin contar que Carambia como tantos congéneres, son excelentes mentirosos, ocultadores, engañadores y entregadores consuetudinarios de la verdad, en pos de sus objetivos políticos personales. Y no se trata de un nihilismo político personal, lo que pienso, es un hecho fáctico que la propia clase política de este país, demuestra y fomenta a diario.
Dicho esto, si analizamos las palabras de José Carambia sobre los docentes y en el contexto de quién lo dice y desde dónde lo dice, resulta extravagante creer que su palabra tiene algún peso como pensamiento crítico respaldado en la práctica o dicho de otra manera, quien lo dice, no puede predicar con el ejemplo.
Saca la mano Antonio
El senador que califica de vagos a docentes y empleados provinciales, tiene un historial interesante como constructor de la búsqueda del bienestar familiar, creando para tal fin un nicho político propio llamado Movere, partido vecinalista surgido allá por el año 2011, el cual le ayudó a coronar la intendencia en el 2015, colar a su hermano Antonio como diputado nacional, colgado de “la oposición” santacruceña, que una vez en la banca, respondió a los designios de Máximo, el hijo de la dos veces condenada.
Como una carrera de posta, tan difundido en la provincia donde hijos heredan al padre o arrastran a hermanos, sobrinos, etc y entran a la política por la claraboya, iniciando “una carrera” que les resuelve el sustento a futuro, José Carambia y su hermano Antonio hicieron el enroque, no sea cosa que algún desprevenido quisiera colarse y quitarles poder, entonces, Antonio que era diputado nacional se presentó como intendente y José, intendente se anotó como senador.
Y el Movere, entonces, fue un partido vecinal que se colgó al macrismo, cuando convenía parecer distinto al kirchnerismo; caído Mauricio Macri los Carambia fueron aliados de Máximo y la runfla K y más acá, cuando en la provincia aparecía el SER con Claudio Vidal a la cabeza, los Carambia cambiaron las coordenadas y se aliaron “con el cambio”. En ese revoltijo de moralina política, plagado de mentiras y promesas jamás cumplidas, ambos hermanos se las ingeniaron para seguir vigentes y ahora, se preparan para ver si pueden incursionar a la gobernación en el 2027. Obvio, ellos no tienen la culpa, hacen lo que saben y pueden hacer para seguir viviendo bien, el problema no es de ellos, es de la gente que los vota.
¡Caramba con estos Carambia!
Cuando José Carambia era intendente de Las Heras y Antonio diputado nacional, el gobierno nacional K le envió millonarios fondos para el Plan Habitat y como adelanto de obra (15%) para construir la red de agua en la localidad, de la cual no se colocó un solo caño, pero los fondos desaparecieron. Hubo una denuncia de parte de la UIF, pero la relación Carambia-Máximo Kirchner, le puso una pausa a la investigación.
De acuerdo al diario Página 12 del año 2021 Antonio Carambia habría negociado sus manos en favor de votar limitaciones al Procurador General de la Nación con el gobierno, a cambio de la impunidad de su hermano intendente en Las Heras.
En abril del 2021 OPI publicó un informe basado en una nota del diario Noticias Las Heras, en relación a la actividad que desarrollaba otro hermano de José y Antonio, se trata de José Manuel Carambia, quien vivía (en ese momento) en la ciudad de Trelew y cobraba un cargo político en el municipio de Las Heras con el cargo de “Analista de datos” (¿?).
El medio de Las Heras denunció que José Manuel Carambia cobraba 70 mil pesos de salario y horas extras, supuestamente realizadas en la municipalidad, en medio de una restricción de horas extras que el intendente Carambia había implantado para el resto de los empleados.
Tan polifuncional era el hermano de José y Antonio, que, además de trabajar en el municipio de Las Heras, tenía a cargo una Escuela de Equitación ubicada en el barrio Solanas de la ciudad de Trelew (Chubut) y a su vez propietario de algunos caballo pura sangre en la provincia vecina.
La paja en el ojo ajeno ¿Y la viga en el propio?
El refrán del intertítulo significa que es mucho más fácil criticar los defectos en los otros, que reconocer los propios. Por eso José Carambia cuando tilda de “vagos” a quienes luchan por tener un salario digno en la provincia, donde la canasta familiar está casi en el millón y medio de pesos y los salarios en menos de 800 mil, juzga la paja en el ojo ajeno sin ver la viga que tiene atravesada en los propios.
José Carambia es un producto natural de lo que somos como sociedad. Vivimos adormecidos por estos individuos de discurso fácil y mentira rápida y cuando la sociedad los pone con el voto a servir en el poder, se sirven del poder, de su estatus, de su impunidad y como si eso fuera poco, después, como ahora sucede con el senador por descarte, hay que soportarlo pontificar como si estuviera más allá de cualquier mortal.
Habla de “vagos”, por los reclamos de quienes ganan 800 mil pesos, mientras él gana 10 millones más gastos, pasajes, viáticos y goza de caja chica ilimitada; habla del inconformismo de los docentes y los trabajadores públicos, en medio de una crisis económica y financiera que azota a la provincia y paralelamente genera un proyecto para terminar de regalar los recursos petroleros por 20 años a las empresas petroleras, que, todo lleva a pesar, deben sponsorear su campaña.
¿Qué autoridad moral tiene el senador Carambia para hablar de gente entre los cuales seguramente hay quien lo votó, haciéndose el superado y blandiendo la espada de Damocles sobre el tipo que labura por dos pesos?
Creo que los hermanos Carambia deberían sentarse a analizar las palabras servicio, servirse y serviles. Todas ellas, aunque sean una suerte de parónimos, son muy distintas conceptualmente y constituyen la esencia de los políticos que buscan ser útiles y quienes se esfuerzan “por parecer” y no “por ser”, un caso típico reflejado en el senador José Carambia. (Agencia OPI Santa Cruz)